Cientos de palestinos abandonan sus casas en Gaza a la espera de un ataque israelí

Los refugiados buscan cobijo en tiendas de campaña levantadas en escuelas y mezquitas

Cientos de refugiados palestinos abandonaron ayer sus viviendas situadas en un extremo del campo de Rafah, en la frontera con Egipto, al sur de la franja de Gaza, y se trasladaron con todas las pertenencias que podían acarrear hacia el norte, ante el temor de que el Ejército israelí prosiguiera con la demolición de casas en la zona donde se ampliará el llamado Corredor Filadelfia, lindante con la frontera egipcia. A mediodía, el Ejército israelí aisló Rafah del resto de Gaza y la zona quedó sellada ante una gran operación militar.

En un movimiento paralelo, al menos siete carros de comb...

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Cientos de refugiados palestinos abandonaron ayer sus viviendas situadas en un extremo del campo de Rafah, en la frontera con Egipto, al sur de la franja de Gaza, y se trasladaron con todas las pertenencias que podían acarrear hacia el norte, ante el temor de que el Ejército israelí prosiguiera con la demolición de casas en la zona donde se ampliará el llamado Corredor Filadelfia, lindante con la frontera egipcia. A mediodía, el Ejército israelí aisló Rafah del resto de Gaza y la zona quedó sellada ante una gran operación militar.

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En un movimiento paralelo, al menos siete carros de combate apoyados desde el aire por helicópteros artillados bloquearon el paso entre Rafah y la ciudad de Jan Yunes. Según un portavoz militar, el Ejército israelí trataba así de evitar el movimiento de militantes palestinos entre ambas zonas. Mientras, los palestinos que habían abandonado sus casas trataban de instalarse en casa de familiares o conocidos y sobre todo en las tiendas de campaña levantadas en escuelas y mezquitas.

Desde el pasado viernes, al menos unas 2.000 personas han tenido que salir de sus viviendas cercanas a la frontera con Egipto, ante el avance de las demoliciones. La operación fue paralizada temporalmente por un recurso presentado ante el Tribunal Supremo israelí, quien finalmente lo desestimó el pasado domingo. La resolución judicial movió a muchas familias palestinas a abandonar anticipadamente sus hogares para tratar de salvar al menos sus pertenencias. Todo en el lugar quedó ayer vacío; los coches que podían ponerse en marcha fueron sacados de allí y las persianas de los negocios quedaron bajadas. El jefe del Ejército israelí, el general Moshe Yaalon, anunció que si es necesario se derribarán cientos de casas.

El primer ministro palestino, Ahmed Qurei, junto a su ministro de Exteriores, Nabil Saath, se reunió ayer en Berlín con la consejera de Seguridad Nacional de EE UU, Condoleezza Rice, a quien pidió que intervenga para que los israelíes paralicen la operación. Saath comentó con Rice que había recibido llamadas de algunos familiares desde Rafah y que éstos se encontraban atemorizados.

Los palestinos acusan a Israel de utilizar las demoliciones como una técnica de eliminación de la población civil. Así lo expresaron ayer el presidente del Consejo Legislativo Palestino, Rauhi Fatuh -quien habló de "crimen de guerra"-, y Nabil Abu Rudeina, asesor del presidente palestino Yasir Arafat. Rudeina anunció además que la Autoridad Palestina solicitará que el Consejo de Seguridad de la ONU trate con urgencia el asunto.

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Por su parte, las autoridades israelíes aseguran que desde las viviendas cercanas a la línea fronteriza con Egipto son constantes las emboscadas y ataques contra sus patrullas y que el subsuelo está plagado de túneles por donde se introducen armas en Rafah y en toda Gaza desde el otro lado de la frontera. Armas que son utilizadas en Gaza y en los atentados terroristas contra los civiles israelíes. Según informaba ayer la prensa israelí, en el plan del Gobierno también figura la construcción de un profundo foso paralelo al corredor, con el objetivo de inutilizar los túneles existentes y obstaculizar la construcción de otros nuevos en el futuro. El foso es la última solución después de tratar de que fracasaran otras técnicas como hundir bloques de hormigón en la tierra o demoler las viviendas más cercanas; los palestinos excavaban más profundo y más largo.

Por otra parte, tres palestinos murieron la noche del domingo, según el Ejercito israelí, cuando trataban de traspasar la verja de seguridad entre Gaza e Israel. Otro palestino, de 22 años, murió también por los disparos del Ejército durante una incursión en Ramala. Durante la pasada semana, 13 militares israelíes perdieron la vida en tres ataques diferentes en la franja de Gaza, dos de las acciones causaron un gran impacto en la opinión pública israelí al hacerse los milicianos palestinos con los cadáveres de algunos de los soldados. En el mismo periodo murieron 32 palestinos en la zona.

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