OPINIÓN DEL LECTOR

Bienvenida a la joven consejera de Salud

Días previos al nombramiento de María Jesús Montero como consejera de Salud, algunos técnicos de la Función Administrativa del Hospital Universitario Virgen del Rocío, que asiduamente compartimos el café de la mañana, veníamos barajando la posibilidad de que esto se produjera.

María Jesús, técnico de la Función Administrativa y médico, conjuga la doble e integrada visión de la sanidad de calidad en el uso eficiente de los recursos públicos.

Mujer joven que destaca por su capacidad de trabajo y compromiso, aceptando con decisión las tareas directivas que se le encomiendan. Se prod...

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Días previos al nombramiento de María Jesús Montero como consejera de Salud, algunos técnicos de la Función Administrativa del Hospital Universitario Virgen del Rocío, que asiduamente compartimos el café de la mañana, veníamos barajando la posibilidad de que esto se produjera.

María Jesús, técnico de la Función Administrativa y médico, conjuga la doble e integrada visión de la sanidad de calidad en el uso eficiente de los recursos públicos.

Mujer joven que destaca por su capacidad de trabajo y compromiso, aceptando con decisión las tareas directivas que se le encomiendan. Se produce un ascenso rápido, primero de subdirectora médico y luego como subdirectora gerente en el Virgen del Rocío, acordes con una destacada y reconocida valía profesional y conocedora de la gestión sanitaria desde distintos ángulos.

Su nombramiento como viceconsejera en 2002 ya nos alegró. Sabemos que como profesional femenino no le faltan agallas para compatibilizar sus responsabilidades de trabajo con su vida familiar, puesto que sus dos hijas de corta edad demandan atención. Conocemos las renuncias que esto supone.

No es frecuente en la función pública encontrar muchas mujeres en altos puestos, ya que se reproduce el modelo masculino de las empresas competitivas, donde los méritos se alcanzan a partir de 10 ó 14 horas mínimas diarias, para lo que es obligado abandonar otras facetas de desarrollo humano, como la familia, la cultura o la amistad. En una sociedad donde la mujer debe velar por estos valores no se tienen muchas posibilidades de acceder a los puestos directivos, al menos coincidiendo con la fase reproductiva.

La sanidad es un claro reflejo de lo tónica de la función pública, basta observar el reparto de recursos humanos de nuestro hospital universitario Virgen del Rocío. De los 8.000 profesionales, más del 67% son mujeres, mientras que el cuadro directivo, con 19 miembros, sólo cuenta actualmente con una mujer.

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Algunas compañeras de la sanidad pública no estamos de acuerdo con el sistema de cuotas, creemos en los méritos a igualdad de condiciones, pero no queremos autoinmolarnos en un empeño desproporcionado o desatender otras responsabilidades que la sociedad nos tiene delegados. Su caso no es para cumplir con cuotas, ni siquiera por compromiso político, llega por profesionalización y vocación de servicio a la sociedad.

Confiamos, María Jesús en tu aportación a la Segunda Modernización de Andalucía. Estamos necesitados de visiones nuevas más técnicas y profesionalizadas que rompan con el continuismo que algunos lamentamos.

Todos reconocen los pasos agigantados de las mejoras en la sanidad pública en los últimos años, pero los profesionales de la sanidad sabemos, y tú por tu trayectoria reconocerás con nosotros, que hay muchas cuestiones a mejora.

Desde aquí el aliento y apoyo de nuestro modesto grupo.

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