Un hombre mata a su pareja una hora después de que la policía acudiera a su piso

Los agentes dejaron marchar al compañero de la víctima después de que entregase las llaves

Dolores García Ruiz, de 46 años, se ha convertido en la decimosexta víctima de la violencia sexista en lo que va de año. La mujer murió la noche del pasado lunes en Getafe (Madrid) después de que su compañero, Francisco Javier Mera Crespo, de 44 años, le asestara más de veinte cuchilladas. Una hora antes del crimen, cuatro agentes del Cuerpo Nacional de Policía acudieron al domicilio de la víctima porque se había desencadenado una fuerte discusión entre la pareja. La mujer les dijo que él no la había amenazado ni insultado. Los policías dejaron irse al hombre (después de que entregase las llav...

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Dolores García Ruiz, de 46 años, se ha convertido en la decimosexta víctima de la violencia sexista en lo que va de año. La mujer murió la noche del pasado lunes en Getafe (Madrid) después de que su compañero, Francisco Javier Mera Crespo, de 44 años, le asestara más de veinte cuchilladas. Una hora antes del crimen, cuatro agentes del Cuerpo Nacional de Policía acudieron al domicilio de la víctima porque se había desencadenado una fuerte discusión entre la pareja. La mujer les dijo que él no la había amenazado ni insultado. Los policías dejaron irse al hombre (después de que entregase las llaves del piso) y se marcharon.

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Los hechos se produjeron en el número 36 de la avenida de las Ciudades, en Getafe. Sobre las 22.10, se recibió la llamada de una vecina en la comisaría de la localidad. La comunicante alertaba de una fuerte discusión en el piso cuarto, número 3, donde vivía Dolores García. Cuando llegaron los cuatro agentes de dos coches patrulla, la mujer les dijo que la relación con su compañero sentimental se había deteriorado últimamente y que ella quería acabarla. Francisco Javier Mera no se opuso y entregó las llaves del domicilio y de una furgoneta aparcada en la misma calle.

Los agentes preguntaron a la mujer si quería denunciar al hombre y si la había amenazado o insultado. Ella les dijo que no, según la versión de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Antes de marcharse, los agentes le dijeron que, si necesitaba cualquier cosa, llamara de nuevo al 091. Tampoco existía orden de alejamiento o denuncia previa por malos tratos. "Tranquilos, que yo ya me voy. Aquí ya no tengo nada que hacer", señaló Mera a los policías.

20 puñaladas

La tragedia estaba aún por llegar. Sobre las 23.30, Mera volvió al domicilio. Se inició una fuerte discusión. En el transcurso de la misma, él cogió un cuchillo de cocina y asestó más de veinte puñaladas a su compañera sentimental, que falleció allí mismo. Una vecina llamó al 112. Hasta el lugar se desplazó de nuevo la policía y una UVI móvil, cuyos facultativos sólo pudieron certificar la muerte.

"Hemos pasado mucho miedo. No podíamos abrir la puerta porque nos daba miedo que nos matara a nosotros. Si la policía se hubiera quedado, ella estaría viva ahora", señaló Carmen Lara, vecina de la finca. La madre de la víctima había pedido ayuda a un vecino para que intentara mediar en la discusión.

Cuando llegó la policía por segunda vez se encontró con varias maletas y bultos en el rellano de la escalera. Les abrió la puerta el supuesto homicida, que aún tenía las manos manchadas de sangre y sufría dos heridas en los dedos de la mano derecha. "Acabo de matarla", confesó a los agentes. Fue detenido y conducido al hospital de la localidad. La mujer se hallaba en una de las habitaciones del piso, boca arriba, en medio de un charco de sangre.

Dolores García tenía tres hijos de un matrimonio anterior que vivían con su ex marido, del que se separó hace cinco años. Comenzó en 2002 su relación con Francisco Javier Mera, un hombre que, según los vecinos, tiene problemas mentales. Ella trabajaba de ordenanza en un centro de mayores del distrito de Villaverde, puesto al que accedió en 1991.

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