Los hoteles costeros sólo estuvieron al 50% durante la Semana Santa

El mal tiempo despobló las playas y llenó la alta montaña

El mal tiempo disuadió a los turistas de pasar la Semana Santa en municipios costeros y favoreció a los destinos de montaña y turismo rural, que rozaron el lleno. En el litoral catalán se pusieron en servicio el 70% de las camas; de éstas, se ocuparon entre el 65% y el 70%, lo que supone la mitad de las totales, sostiene la Confederación Empresarial de Hostelería y Restauración de Cataluña (CEHRC), que agrupa a 50.000 empresas.

En los hoteles de los municipios costeros, los turistas sólo contrataron la mitad de las camas que se suelen lanzar al mercado en plena temporada alta. En cambio...

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El mal tiempo disuadió a los turistas de pasar la Semana Santa en municipios costeros y favoreció a los destinos de montaña y turismo rural, que rozaron el lleno. En el litoral catalán se pusieron en servicio el 70% de las camas; de éstas, se ocuparon entre el 65% y el 70%, lo que supone la mitad de las totales, sostiene la Confederación Empresarial de Hostelería y Restauración de Cataluña (CEHRC), que agrupa a 50.000 empresas.

En los hoteles de los municipios costeros, los turistas sólo contrataron la mitad de las camas que se suelen lanzar al mercado en plena temporada alta. En cambio, hubo lleno en los establecimientos de montaña y en los dedicados al turismo rural.

Los hoteleros de la costa catalana ya advirtieron antes de Semana Santa de que el lleno dependería de las condiciones meteorológicas, puesto que la mayor parte de los turistas procedían de otras comunidades autónomas y de países cercanos. Se esperaba superar el 90% de ocupación durante los últimos tres días con las reservas de última hora, pero los turistas no respondieron a las ofertas que lanzaron los hoteles. "Los resultados en la costa son distintos en cada zona. Han sido peores en las que dependen de los operadores turísticos, como Roses, Lloret de Mar y Salou. Los mayoristas no se arriesgan y no contratan demasiados viajes en épocas del año en las que puede hacer mal tiempo", aseguró el coordinador general de la CEHRC, Domènec Biosca.

Los datos de que dispone la patronal del sector coinciden con los difundidos por el Gobierno catalán, aunque éstos no tienen en cuenta los establecimientos que no se atrevieron a abrir durante esta semana previendo que no alcanzarían unos beneficios aceptables. El Departamento de Comercio, Turismo y Consumo cifró en cerca del 68,5% la ocupación de las zonas costeras en toda la Semana Santa, si bien fue del 59,5% durante los cuatro primeros días de la semana y del 80% el fin de semana de Pascua.

En todo caso, no se alcanzó el 90% de ocupación previsto por Turismo y, en comparación con la Semana Santa de 2003, las pernoctaciones disminuyeron en la Costa Brava (-7,8%), la Costa Daurada (-6,1%) y el Maresme (-0,4%), mientras que subieron las de la costa del Garraf (+21,2%).

Los más beneficiados por el mal tiempo fueron los puertos de esquí de los Pirineos de Lleida y Girona, que según la Confederación Empresarial de Hostelería y Restauración rozaron el lleno con la totalidad de los hoteles abiertos. Los alojamientos de turismo rural también cosecharon "un éxito total". Este segmento, que el año pasado puso en servicio 1.200 nuevas plazas y ofertó 9.000 camas en la pasada Semana Santa, logró colgar el cartel de completo. "En conjunto, no se puede decir que la Semana Santa haya sido mala, puesto que se han invertido las previsiones iniciales", concluyó Biosca.

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El consejero de Comercio, Turismo y Consumo, Pere Esteve, se mostró "esperanzado" frente a la temporada de verano. "Mantenemos un alto nivel de calidad y contamos con elementos de atracción y novedad, como el Fòrum de les Cultures y el Año Dalí", aseguró. Menos optimistas son los empresarios, que siguen inquietos porque cada vez son más los visitantes que reservan sus habitaciones a última hora.

Los turistas saben que hay más plazas para elegir y prefieren esperar a que los hoteleros lancen ofertas para llenar sus camas. "Esto sucede cuando un hotel o una zona no tienen una marca potente. Los hoteleros se ponen nerviosos y las agencias de viajes empiezan a recibir faxes con descuentos. Se puede decir que bajo las marcas Cataluña y Barcelona hay otras que son de subasta. Son las de los municipios que necesitan una reforma a fondo", lamentó Domènec Biosca.

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