Crítica:POR MENOS DE 15 EUROS

Las ensaladas de Venus

En Venus cambian las exposiciones cada mes. El público, cada día. Incluso, en ciertas ocasiones, cambian los camareros. Lo que no varía en Venus es su carta: ensaladas, cuscús, lasañas, cremas... a cualquier hora del día se puede comer, desde las doce del mediodía hasta la medianoche. También preparan comida para llevar. Todas las ensaladas cuestan 4,90 euros; la lasaña vegetal, 6,80 euros, al igual que el cuscús.

Montse Casal y su hermana abrieron Venus Delicatessen hace unos siete años en el centro de Barcelona y de ahí no se han movido. Cerca de la Universidad y cerca de la Rambla, e...

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En Venus cambian las exposiciones cada mes. El público, cada día. Incluso, en ciertas ocasiones, cambian los camareros. Lo que no varía en Venus es su carta: ensaladas, cuscús, lasañas, cremas... a cualquier hora del día se puede comer, desde las doce del mediodía hasta la medianoche. También preparan comida para llevar. Todas las ensaladas cuestan 4,90 euros; la lasaña vegetal, 6,80 euros, al igual que el cuscús.

Montse Casal y su hermana abrieron Venus Delicatessen hace unos siete años en el centro de Barcelona y de ahí no se han movido. Cerca de la Universidad y cerca de la Rambla, este restaurante reúne a estudiantes, turistas y gente del barrio. Un solo criterio impera en un local de mesas de mármol, sillas de madera y azulejos en blanco y negro: la armonía. En Venus se come sencilla, sana y ricamente.

VENUS DELICATESSEN

Avinyó, 25. Barcelona.

Teléfono 933 01 15 85.

Sirven comidas entre las 12.00 y las 24.00 horas.

Cierra los domingos.

Recomiendan la ensalada afrodita, con queso fresco, aguacate, fruta del tiempo y menta. El menú de mediodía -que se sirve entre las 13.00 y las 16.00 horas- cuesta 8,50 euros, con IVA. Ofrece de primero a elegir entre seis ensaladas diferentes y una crema de puerros y lentejas; de segundo se puede elegir desde cuscús de Alejandría (con pollo) a musaka griega, espinacas a la crema con pasas o chili con carne. De postre, fruta, mus de café, yogur natural o helado de vainilla. "Si te comes dos platos y un postre de la carta, te hinchas seguro", advierte su propietaria.

Los detalles se cuidan al máximo. Montse Casal se ocupa, por ejemplo, de traer el aceite de oliva de su pueblo, en la provincia de Huesca: "Creo que es un ingrediente fundamental". Comer en Venus es como comer en una terraza cubierta con cuatro grandes ventanales. Cada mes renuevan las exposiciones que animan el lugar, muestras de pintura y obras singulares de artistas del barrio. El techo insonorizado facilita escuchar la música que siempre suena en Venus.

Restaurante Venus Delicatessen, en Barcelona.SUSANNA SÁEZ

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