Los dueños achacan su "infortunio" al 11-S

El juez Enrique García García considera que no puede decirse que la situación económica a la que ha llegado Subastas Velázquez sea consecuencia de "un infortunio sobrevenido" por los ataques terroristas contra las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001, como sostienen los responsables de la sala. Muy al contrario, el magistrado atribuye la situación de esta conocida sala de subastas a una "gestión" que no ha sido "mínimamente prudente".

La galería reconoce que, cuando instó la quiebra voluntaria (el 17 de julio de 2002), ya llevaba meses con problemas y que la situació...

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El juez Enrique García García considera que no puede decirse que la situación económica a la que ha llegado Subastas Velázquez sea consecuencia de "un infortunio sobrevenido" por los ataques terroristas contra las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001, como sostienen los responsables de la sala. Muy al contrario, el magistrado atribuye la situación de esta conocida sala de subastas a una "gestión" que no ha sido "mínimamente prudente".

La galería reconoce que, cuando instó la quiebra voluntaria (el 17 de julio de 2002), ya llevaba meses con problemas y que la situación "era de quiebra técnica". En esto se basa el juez para reprochar a sus responsable que, pese a hallarse en quiebra técnica, no hubiesen alertado de la situación a los cedentes de libros. Y no sólo no fueron avisados, sino que la galería continuó recogiendo libros de sus dueños para subastarlos, pese a carecer "de un soporte patrimonial suficiente" con el que responder "frente a los mismos".

El juez, además, le reprocha que, antes de instar la quiebra, el matrimonio Pelegrí Haro Perich y Esther Gómez Calcerán transmitiesen a un familiar sus participaciones sociales, lo que atribuye "a un intento de tratar de aislar" a Subastas Velázquez "de otras entidades con respecto a las cuales venía operando de hecho como si de un grupo se tratase". Se refiere el magistrado a dos galerías radicadas en Barcelona -la librería Delstres y la Casa de Subhastes- que están estrechamente vinculadas con los dueños de Subastas Velázquez.

Algunos afectados también han denunciado que, antes de instar la quiebra, la galería de subastas dejó su sede alquilada en la madrileña calle de Velázquez para domiciliarla luego en "dos plazas de garaje" ubicadas en la calle de Ortega y Gasset.

EL PAÍS no ha logrado contactar con los responsables de Subastas Velázquez, pese a los reiterados intentos por obtener su versión sobre estos hechos.

En algunas páginas de Internet es posible hallar referencias a la sala Subastas Velázquez en las que sus responsables aseguran: "Ponemos a su disposición el más cualificado equipo de expertos en todo lo relacionado con el mercado del libro y los manuscritos antiguos, ofreciéndole un trato serio y profesional para el asesoramiento y tasación en diversos campos: libros y manuscritos antiguos, archivos, obra gráfica y bibliófila moderna, carteles, postales, etcétera. Tasaciones gratuitas. Confíenos su biblioteca y le aseguramos que obtendrá la mayor rentabilidad".

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