OPINIÓN DEL LECTOR

Sobre la Barcelona taurina

Salvador Boix explicaba en EL PAÍS de ayer la larga tradición de la tauromaquia en Cataluña. No sólo en España, en toda Europa, se quemaban y torturaban a herejes, y se maltrataban animales, también toros, para diversión del pueblo, pero mientras que, en el siglo XIX, Europa prohibió estas prácticas, especialmente las corridas de toros, Fernando VII fomentó la tradición como algo autóctono.

Decir que "Barcelona ha sido la capital taurina del mundo" es una exageración. La tradición son los castellers y las sardanas, que, como todas las tradiciones, evolucionan y se adecuan ...

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Salvador Boix explicaba en EL PAÍS de ayer la larga tradición de la tauromaquia en Cataluña. No sólo en España, en toda Europa, se quemaban y torturaban a herejes, y se maltrataban animales, también toros, para diversión del pueblo, pero mientras que, en el siglo XIX, Europa prohibió estas prácticas, especialmente las corridas de toros, Fernando VII fomentó la tradición como algo autóctono.

Decir que "Barcelona ha sido la capital taurina del mundo" es una exageración. La tradición son los castellers y las sardanas, que, como todas las tradiciones, evolucionan y se adecuan a los tiempos.

La mayoría de la sociedad ve con malos ojos las fiestas locales donde se maltratan animales de la forma más desagradable. Tal vez signifique esto que la sensibilidad de las personas se acerca más a la protección animal que a las fiestas con resultado de muerte.

Durante el Imperio Romano se mandó a muchos gladiadores a la muerte, pero no creo que los italianos quieran volver a reanudar estas prácticas, por tradicionales.

Si puedo evitar que se torturen animales, de forma pública o privada, lo haré. Democrática y legítimamente, los taurinos defienden su tradición, los amantes de los animales defendemos vidas.

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