Barcelona trabaja para recibir a más de 300.000 turistas chinos cada año a partir de 2006
La falta de personal en los consulados del país asiático dificulta los trámites de visado
China se ha convertido en un mercado apetecible para la industria turística catalana. En 2006, el consorcio Turismo de Barcelona calcula que llegarán 300.000 turistas chinos a Barcelona, con un incremento anual que se prevé que sea del 15%. A partir de mayo, 12 países de la Unión Europea (UE), entre ellos España, tendrán el Estatus de Destino Aprobado por el Gobierno de la República Popular de China, lo que supone que este verano los primeros grupos de ciudadanos del gigante asiático ya podrían visitar la capital catalana.
La llegada de turistas extranjeros ha quedado prácticamente esta...
China se ha convertido en un mercado apetecible para la industria turística catalana. En 2006, el consorcio Turismo de Barcelona calcula que llegarán 300.000 turistas chinos a Barcelona, con un incremento anual que se prevé que sea del 15%. A partir de mayo, 12 países de la Unión Europea (UE), entre ellos España, tendrán el Estatus de Destino Aprobado por el Gobierno de la República Popular de China, lo que supone que este verano los primeros grupos de ciudadanos del gigante asiático ya podrían visitar la capital catalana.
La llegada de turistas extranjeros ha quedado prácticamente estancada en los últimos años, en los que sólo se han registrado pequeños incrementos en el volumen de visitantes. Pero la tendencia puede cambiar, y de forma notoria. Un acuerdo entre la UE y China permite que los consulados españoles puedan expedir visados a los ciudadanos del país asiático. Entre 60 y 80 millones de chinos disponen del poder adquisitivo suficiente para convertirse en turistas potenciales, por lo que los operadores locales e internacionales ya han empezado a diseñar itinerarios por las principales ciudades europeas.
Todos los circuitos incluyen estancias en Barcelona, por lo que Turismo de Barcelona ha efectuado promociones en China. La primera misión fue encabezada por Joan Gaspart, que pudo comprobar que otros países europeos se han adelantado a España y están invirtiendo en personal e infraestructuras para captar a turistas chinos. Tres delegaciones barcelonesas, formadas por 18 representantes de empresas catalanas han visitado las ciudades de Beijing, Guangzhou y Shangai para entablar relaciones con 150 agentes de viajes locales.
Los empresarios catalanes llevan tres años explorando las posibilidades de penetrar en este país, tomando como referencia la entrada en el mercado de Rusia y Europa del Este.
"Cuando los rusos consiguieron el permiso para obtener visados de turista, los consulados quedaron colapsados por falta de medios. Ahora las delegaciones diplomáticas españolas en China no están preparadas para emitir tantos visados y puede pasar lo mismo. La llegada de turistas chinos este año va a depender de este trabajo, por lo que trabajamos con previsiones a dos años vista", lamentó Gaspart. A la falta de personal en los consulados se suma la dificultad de no disponer de un aeropuerto intercontinental, que, según Gaspart, impide que "se pueda hablar de cifras e incrementos de turistas chinos aún más espectaculares".
Los empresarios del sector están entusiasmados con las cifras de las que disponen. Con la llegada anual de 300.000 turistas, China se situaría en el cuarto puesto como mercado emisor a Barcelona, sólo superado por el Reino Unido, Italia y Alemania y por encima de Francia, Bélgica, Holanda, Estados Unidos y Japón.
El mercado chino es el que puede dar mejores resultados a corto plazo, pero los organismos de turismo catalanes también pretenden introducirse en otros países con una clase alta-media significativa. El mercado asiático, hasta ahora reducido a Japón, es el principal foco de atención. Aunque con cuentagotas, ya empieza a despegar el número de turistas del continente que viaja a Barcelona. Los organismos catalán y barcelonés también se muestran muy interesados por la India, de donde procedieron 1.000 turistas que visitaron la capital catalana en febrero. Pero tampoco se aparta la vista de Argentina y Brasil, cuyos ciudadanos llegan en enero motivados por las rebajas. La incógnita es el potencial de los países árabes.