Crónica:FÚTBOL | 28ª Jornada de liga

El Barça tiene derecho a soñar

El equipo de Rijkaard logra en Murcia su octava victoria seguida y ya es tercero, por delante del Deportivo - Los gallegos suman tres derrotas consecutivas por primera vez con Irureta de técnico - El Valencia acosa al Madrid - El Espanyol se estrella en Montjuïc ante el Racing - Salva vuelve a rescatar al Málaga

Fue una jornada de emociones en todos los aspectos. Jornada de comicios y de recuerdo a las víctimas de la matanza de Madrid, jornada trascendente que también lo fue en la Liga, donde se mantiene la arrolladora carrera del Barça. En Murcia consiguió su octava victoria consecutiva. Ganó con comodidad y juego fácil, la clase de fútbol de los equipos que viven instalados en la seguridad y el optimismo. Después de tirar a la basura la primera parte del campeonato, el Barça se encuentra en un momento crucial: se ha situado a nueve puntos del Madrid, tiene que visitar el Bernabéu y comienza a pensar...

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Fue una jornada de emociones en todos los aspectos. Jornada de comicios y de recuerdo a las víctimas de la matanza de Madrid, jornada trascendente que también lo fue en la Liga, donde se mantiene la arrolladora carrera del Barça. En Murcia consiguió su octava victoria consecutiva. Ganó con comodidad y juego fácil, la clase de fútbol de los equipos que viven instalados en la seguridad y el optimismo. Después de tirar a la basura la primera parte del campeonato, el Barça se encuentra en un momento crucial: se ha situado a nueve puntos del Madrid, tiene que visitar el Bernabéu y comienza a pensar que la conquista del título no es imposible.

Este escenario se antojaba imposible apenas hace tres meses, cuando se discutía la competencia de la plantilla del Barcelona, se acusaba de perdedores a sus jugadores y se le negaba al equipo cualquier posibilidad de reflotarse. El club, que se desentendió en los primeros momentos de la suerte del equipo, ha tenido el mérito de generar un clima de tranquilidad y de mantener al entrenador frente a la oleada de críticas que recibió en la primera vuelta. En algún momento de lo que parecía un calvario de temporada, Rijkaard logró tocar la tecla correcta. De repente se arregló el equipo: llegó Davids, los defensas jugaron en la defensa, los centrocampistas se ocuparon de lo suyo, Xavi recibió el blindaje adecuado para explotar su calidad como director de orquesta y del resto se ocupó Ronaldinho, que ha confirmado su formidable categoría, la de los elegidos.

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A los jugadores les corresponde el mayor mérito. Estuvieron practicamente solos, sin apoyos, caricaturizados como incapaces de defender un club de la magnitud del Barça. A las ocho victorias sucesivas se ha añadido un juego cada vez mejor, muy reconocible en las viejas maneras del equipo: toque, paciencia, naturalidad. Y eficacia. Su defensa no es, desde luego, un ejemplo de firmeza, pero nunca se ha distinguido el Barça por sus obsesiones en este capítulo. Ha sido un equipo de ataque y así ha escrito lo mejor de su historia.

El Barça decidirá en las dos o tres próximas jornadas su papel en la Liga. Ha adelantado al Deportivo y empieza a pensar en empresas mayores. En Mallorca, el equipo gallego sufrió su tercera derrota consecutiva. Nunca había ocurrido en la larga y feliz trayectoria de Irureta como entrenador del Deportivo. Con un puesto casi asegurado en la próxima Liga de Campeones, el objetivo del Deportivo está en eliminar al Milán y dirigirse a la final de la Copa de Europa.

Ningún equipo puso fin a sus penurias en la zona de descenso. El Espanyol se estrelló en su estadio frente al Racing, después de anunciar una mejoría en los dos últimos encuentros. El Albacete se adelantó en Villarreal, pero no logró mantener su ventaja. Sólo el Mallorca tuvo un día perfecto. Su victoria sobre el Deportivo termina con su pésima racha y le abre un pequeño colchón de seguridad. Al Málaga le salvó el olfato de Salva en el área. A última hora, después de un partido que el Athletic tuvo a mano con varias oportunidades, el delantero del Málaga anotó el tanto de la victoria, el 16º de la temporada. En la grada, el seleccionador tomaba nota.

La jornada se disputó en medio de las emoción. No fueron pocos los jugadores que mostraron su desagrado ante la obligación de jugar. Cuatro días después de la matanza de Madrid, el recuerdo de la tragedia pesó en todos los estadios de España. Por discutible que fuera la decisión de disputar la jornada, el fútbol respondió con dignidad y respeto. El dolor presidió los actos de homenaje a las vícitimas. No hubo incidentes, ni se produjeron reacciones extemporáneas. Finalmente el fútbol fue una extensión del civismo que llevó a millones de españoles a a las calles.

Los jugadores del Murcia y el Barcelona saltaron al campo con una pancarta en favor de la paz.REUTERS

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