ELECCIONES 2004

Aznar acusa en Ceuta al líder socialista de ser "el más insolvente" de los dirigentes de su partido

El presidente José María Aznar ha decidido subrayar su marcha con un trazo muy definido políticamente: de los ocho actos electorales en los que tiene previsto intervenir, dos los ha celebrado en Melilla y Ceuta, plazas que, en principio, parecen ganadas para el PP con enorme facilidad. Ayer, en Ceuta, volvió a destacar la españolidad de la ciudad y de paso, como exige el guión electoral, se empleó en descalificar a su adversario socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, al que calificó como "el más insolvente de los líderes del PSOE".

Aznar se reunió en una comida-mitin con unos 800 sim...

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El presidente José María Aznar ha decidido subrayar su marcha con un trazo muy definido políticamente: de los ocho actos electorales en los que tiene previsto intervenir, dos los ha celebrado en Melilla y Ceuta, plazas que, en principio, parecen ganadas para el PP con enorme facilidad. Ayer, en Ceuta, volvió a destacar la españolidad de la ciudad y de paso, como exige el guión electoral, se empleó en descalificar a su adversario socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, al que calificó como "el más insolvente de los líderes del PSOE".

Aznar se reunió en una comida-mitin con unos 800 simpatizantes del PP, en el polideportivo Campoamor de Ceuta. El acto tuvo un cierto aire familiar por el tono que le imprimieron el candidato popular al Congreso, Francisco Antonio González, y, sobre todo, el vicepresidente segundo, Javier Arenas.

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Aznar combinó ese mismo tono de proximidad con ataques muy duros para Zapatero, del que dijo que es "el más insolvente, sin la menor duda" y que es el que "menos idea tiene de entre todos los líderes socialistas a los que ha conocido durante su mandato".

El presidente de Ceuta, Juan Vivas, le anunció que pretende concederle el título de hijo adoptivo de la ciudad y Aznar aprovechó la ocasión para asegurar que no le gustan los homenajes pero también para recordar que se marcha, no como es habitual en los políticos cuando han perdido unas elecciones, sino "en el mejor momento" para España y para su Gobierno.

Bromeó al decir que se le puede reprochar que no sirve "para ser progre" o que no vale "para pívot de baloncesto" o que no gusta su bigote o cómo se peina, cómo se mueve o cómo habla pero, concluyó, "pueden decir lo que quieran pero en España, después de mis ocho años de gobierno trabaja más gente que nunca".

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Aznar regresó a Madrid poco antes de las cuatro de la tarde sin olvidarse de advertir, desde Ceuta, que "o gobierna el PP, o correremos riesgos muy graves".

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