El primer avión del nuevo Barajas despegará en agosto

Aznar 'inaugurará' el aeropuerto el viernes

El próximo 5 de agosto despegará (en pruebas) el primer avión desde las nuevas pistas de Barajas, aunque antes, el 13 de febrero, a un mes exacto de las elecciones generales, está previsto que el presidente, José María Aznar, corte la cinta de las instalaciones ampliadas. Pero como todavía faltan muchos meses para que Barajas luzca todas sus infraestructuras (hay que introducir equipos, realizar calibraciones, lograr permisos internacionales...), Aznar no podrá inaugurar las obras el día 13, sino sólo recepcionarlas: es decir, recibir oficialmente unos edificios completamente vacíos.

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El próximo 5 de agosto despegará (en pruebas) el primer avión desde las nuevas pistas de Barajas, aunque antes, el 13 de febrero, a un mes exacto de las elecciones generales, está previsto que el presidente, José María Aznar, corte la cinta de las instalaciones ampliadas. Pero como todavía faltan muchos meses para que Barajas luzca todas sus infraestructuras (hay que introducir equipos, realizar calibraciones, lograr permisos internacionales...), Aznar no podrá inaugurar las obras el día 13, sino sólo recepcionarlas: es decir, recibir oficialmente unos edificios completamente vacíos.

El presidente del Gobierno tiene previsto recepcionar (recibir oficialmente) las obras de ampliación de Barajas el próximo día 13, según ha informado la dirección de AENA (organismo público, dependiente del Ministerio de Fomento, que gestiona el aeropuerto) al comité de empresa. Sin embargo, habrá que esperar al 3 de noviembre de este año, según sus previsiones, para que AENA tenga sus dos nuevas pistas y todas las terminales operativas.

A continuación, y durante tres meses y medio, se realizarán "pruebas de explotación globales", que finalizarán el 18 de febrero de 2005, cuando ya sí se inaugurará oficialmente la ampliación del aeropuerto. Es decir, Aznar inaugurará el nuevo Barajas un año antes de que éste se encuentre listo para operar con sus nuevas instalaciones. Los vuelos comenzarán, en prácticas -con viajeros, pero con más tiempo de diferencia entre despegue y despegue-, este próximo agosto, y el 18 de febrero de 2005 estarán a pleno rendimiento.

Actualmente, el aeropuerto cuenta con unos 800 empleados, sin contar los controladores aéreos. AENA prevé contratar a 261 personas más para poner en marcha el nuevo aeropuerto. El aeródromo madrileño necesita más personal porque el número de operaciones aumentará de las 78 por hora actuales (con dos pistas en funcionamiento) a los 120 despegues y aterrizajes previstos con las cuatro pistas.

Pérdidas en 2006

Precisamente, según los cálculos de AENA, este aumento en el número de operaciones y negocios incrementará de forma notable los ingresos del aeropuerto, que pasarían de 324,1 millones de euros en 2003 a 426 en 2006. Pero, al tiempo que aumentan los ingresos, también aumentan los gastos, según la proyección de la cuenta de resultados elaborada por los técnicos de AENA.

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Los gastos de explotación pasarían de 190 millones en 2003 a 445 millones en 2006, con lo que el aeropuerto entraría en pérdidas ese año (cerca de 19 millones de euros más de gastos que de ingresos). En los años posteriores, el aeropuerto remontaría estas pérdidas y empezaría a ganar dinero, hasta los 697 millones en 2020. Precisamente este aumento de los gastos ha llevado a AENA a diseñar "una propuesta de modelo de explotación de actividades", lo que significa privatizar numerosos servicios. El comité de empresa del aeropuerto madrileño considera que la dirección del organismo público quiere "subrogar y externalizar a más del 60% de la plantilla".

Según los trabajadores, "el Gobierno va a multiplicar por dos los gastos en las futuras externalizaciones, con el objetivo de beneficiar a determinados grupos de presión. "La dirección de AENA pretende privatizar, por ejemplo, la expedición de tarjetas de seguridad y su control, introduciendo, por tanto, una veta que abre a los aeropuertos españoles hacia un modelo que consolida la inseguridad del transporte aéreo", dicen desde el comité.

Los planes de AENA, según la propuesta presentada a los trabajadores, pasan por "modificar el modelo de explotación de actividades", no sólo para reducir costes, "sino la posibilidad de hacer las cosas más rápida y eficientemente, contando con recursos especializados y con la flexibilidad necesaria". El organismo público, con su propuesta, sostiene que se conseguirá un "mayor control, aseguramiento del servicio y una simplificación y homogeneización de las operaciones".

El plan divide el negocio aeroportuario en tres grandes bloques: "Núcleo de negocio"; "Esencial, pero fuera del núcleo" y "No esencial, no núcleo". Las llamadas actividades del núcleo (operaciones aeroportuarias, Navegación Aérea, infraestructuras y comerciales) son irrenunciables para AENA, porque "constituyen la base de la ventaja competitiva de AENA y su factor diferencial frente a otras organizaciones". Son, por tanto, irrenunciables y no pueden ser privatizadas.

Sin embargo, "las actividades esenciales pero fuera del núcleo" (seguridad, calidad medioambiental, mantenimiento y bomberos) tienen una "importancia estratégica media" y "no constituyen una actividad distintiva y propia". Por tanto, podrían ser privatizadas. Además, las "actividades del núcleo" (administración, aparcamientos, clínica, mantenimiento de edificios, informática) "tienen baja importancia estratégica": pueden ser privatizadas. Este periódico ha intentado, sin éxito, recabar la opinión de la dirección de AENA.

Bomberos privados

En la propuesta del nuevo modelo de gestión presentada por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) al comité de empresa del aeropuerto "se recomienda revisar el modelo actual" del servicio de extinción de incendios para convertirlo en un servicio privado. "Ya que se trata de una actividad de prevención, la calidad del servicio prestado se basa en los niveles de entrenamiento y de formación, y en el control de consecución de tales niveles".

Y añade el ente público: "La responsabilidad del servicio recae exclusivamente en AENA [el cuerpo de bomberos depende de la dirección de este organismo], no existiendo regulación nacional al respecto que valide la formación y controle los niveles de riesgo asumido".

Un portavoz del comité de empresa de AENA calificó estas afirmaciones de "absolutamente falsas" y de "desprecio al colectivo de 100 profesionales" del servicio de extinción de incendios.

Lo mismo está previsto hacer con los servicios sanitarios del aeropuerto, ya que el plan recomienda "externalizar la actividad en su totalidad" y "estudiar el modelo de concesión".

La seguridad aeroportuaria, siempre según la propuesta que estudia la dirección de AENA, debe ser privatizada, incluso "la tramitación de tarjetas de seguridad", ya que el resto de la actividad ya está "externalizada con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y con empresas privadas".

En cuanto a la gestión y explotación de las zonas comerciales, AENA plantea una "solución mixta" con las empresas concesionarias "que suponga la explotación de espacios comerciales de mayor dimensión".

La empresa pública encargada de la gestión de los aeropuertos también quiere dar a empresas privadas la instalación y el mantenimiento del sistema informático (ordenadores, impresoras...), así como las aplicaciones microinformáticas. La propuesta incluye privatizar, por último, los servicios jurídicos, la formación profesional, la conserjería, el almacén y el mantenimiento de los edificios.

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