OPINIÓN DEL LECTOR

No acostumbrarse

El ser humano es un animal de costumbres fijas. Pero si se mira bien su evolución, se ve que uno se acostumbra antes a la tragedia que a los instantes de alegría pasajera. La historia de la humanidad está plagada de célebres masacres que confirman que este heroico animal es capaz de acostumbrarse a sus peores costumbres. Se acostumbra a la guerra. Se acostumbra a la muerte. Consiente la miseria y la explotación de las tres cuartas partes del planeta, a cambio del bienestar económico de un cuarto de sus habitantes. Y en lugar de recordarlos como irrepetibles carnicerías entre miembros de su esp...

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El ser humano es un animal de costumbres fijas. Pero si se mira bien su evolución, se ve que uno se acostumbra antes a la tragedia que a los instantes de alegría pasajera. La historia de la humanidad está plagada de célebres masacres que confirman que este heroico animal es capaz de acostumbrarse a sus peores costumbres. Se acostumbra a la guerra. Se acostumbra a la muerte. Consiente la miseria y la explotación de las tres cuartas partes del planeta, a cambio del bienestar económico de un cuarto de sus habitantes. Y en lugar de recordarlos como irrepetibles carnicerías entre miembros de su especie, acaba escribiendo memorables hazañas bélicas para la Historia. ¿Y si intentáramos evitar ciertas costumbres? ¿Si tratáramos de no repetir pasadas victorias?

Será cosa de no acostumbrarse a tanto mal, de conservar el instinto y confiar en nuestra supuesta inteligencia (¿qué animal no huye de la muerte?), y superar así el lado salvaje con algo más de inconformismo, diálogo y cordura. Pero, claro, bien mirado, ¿a esto quién se acostumbra? Si la paz fuera rentable...

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