Reportaje:AIRE LIBRE

En barca por un río subterráneo

Las misteriosas grutas castellonenses de San José, en la Vall d'Uixó

A cada golpe de remo, la barca continúa adentrándose en las profundidades de la tierra, atravesando la penumbra. Muy pronto aparecen ante los exploradores las caprichosas formas de las rocas que la caricia legendaria de las aguas ha moldeado a su antojo, y las pinturas rupestres que los primitivos habitantes de este lugar dejaron como vestigio de su paso. Se hace el silencio. Sólo interrumpido por el eco producido por alguna gota al caer de una estalactita.

No es la descripción de una novela de Julio Verne, ni una de esas películas de aventureros antropólogos con tesoros escondidos. Son...

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A cada golpe de remo, la barca continúa adentrándose en las profundidades de la tierra, atravesando la penumbra. Muy pronto aparecen ante los exploradores las caprichosas formas de las rocas que la caricia legendaria de las aguas ha moldeado a su antojo, y las pinturas rupestres que los primitivos habitantes de este lugar dejaron como vestigio de su paso. Se hace el silencio. Sólo interrumpido por el eco producido por alguna gota al caer de una estalactita.

No es la descripción de una novela de Julio Verne, ni una de esas películas de aventureros antropólogos con tesoros escondidos. Son las grutas de San José, en la Vall d'Uixó, en Castellón, que albergan uno de los ríos subterráneos navegables más largos de Europa. El paseo se repite cada 40 minutos en 16 barcas que recorren los casi dos kilómetros navegables, interrumpidos por un tramo de 255 metros que se explora a pie.

Los intrépidos exploradores -niños y adultos- pasan de una cavidad a otra experimentando esa sensación de misterio insondable, de tiempo detenido que ocultan las grutas. Ahora es la sala de los Murciélagos; luego, el lago de Diana, de cinco metros de profundidad; más allá, la galería de los Sifones, un túnel de 60 metros de longitud en el que habitan unos singulares crustáceos típicos de estos espacios naturales.

El itinerario que se realiza a pie no desmerece de lo anterior. Aquí los curiosos descubren algunas de las formaciones más fantásticas a su paso por este laberinto de piedra, como la llamada cascada de la Flor.

De nuevo en la barca, los viajeros se internan por los estrechos pasadizos, muchas veces agachados en el interior de la embarcación para pasar por los túneles, hasta llegar a la Catedral, una bóveda de 12 metros con impresionantes estalactitas.

La historia de estas cuevas se pierde en el paleolítico superior. Y lo más curioso es que, a pesar de las múltiples visitas de los espeleólogos, aún no se conoce el origen del río ni el final de la gruta.

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La excursión a las grutas de San José recorre un tramo fluvial de casi dos kilómetros e incluye una corta caminata.

GUÍA PRÁCTICA

Cómo llegar

- Situación: a 25 kilómetros de Castellón. Accesos por la autopista A-7, salida 49.

La visita

- Horarios: en diciembre, enero y febrero, de 11.00 a 13.15 y de 15.30 a 17.00. Las grutas están abiertas todo el año excepto los lunes de invierno; también cierran en Navidad, Fin de Año y Reyes.

- Tarifas: adultos, 6,50 euros; niños de 4 a 13 años, 3,50 euros; jubilados, 4,50 euros.

Comer

- La Gruta (964 66 00 08). Paraje de San José, s/n. La Vall d'Uixó. Unos 24.

- La Cocina de Rafa (964 26 00 44). Plaza del Cometa Halley, 7, bajo. Castellón. Unos 30 euros.

Información

- Grutas de San José (964 69 05 76, 964 69 67 61; www.riosubterraneo.com).

- www.castellon-costaazahar.com

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