EL FUTURO DE EUROPA

Una fórmula para tranquilizar a EE UU

El acuerdo alcanzado ayer por los 25 países ha tenido que superar complicadas prevenciones y exigencias de Estados Unidos, la OTAN y Londres, así como de otros países europeos, como España, que querían evitar un aparente debilitamiento de la Alianza con estructuras militares duplicadas. Washington exige desde hace años a los europeos que incrementen sus capacidades militares con más gasto en defensa, pero a la vez reprocha a varias potencias europeas, con Francia a la cabeza, su intención de que Europa tenga una verdadera autonomía en su política de defensa.

Durante la cena del viernes ...

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El acuerdo alcanzado ayer por los 25 países ha tenido que superar complicadas prevenciones y exigencias de Estados Unidos, la OTAN y Londres, así como de otros países europeos, como España, que querían evitar un aparente debilitamiento de la Alianza con estructuras militares duplicadas. Washington exige desde hace años a los europeos que incrementen sus capacidades militares con más gasto en defensa, pero a la vez reprocha a varias potencias europeas, con Francia a la cabeza, su intención de que Europa tenga una verdadera autonomía en su política de defensa.

Durante la cena del viernes en Nápoles, el alemán Joschka Fischer, el francés Dominique de Villepin y el británico Jack Straw explicaron a sus colegas la fórmula que habían pactado para aliviar las preocupaciones estadounidenses, en parte sostenidas por Londres y Madrid, ante el objetivo de Europa de contar con una defensa común autónoma. La clave residía en si la Unión podía tener o no su propia célula de planificación militar estratégica, en lugar de acudir siempre a los sistemas de planificación de la OTAN, aunque de forma automática como prevé el compromiso llamado Berlín Plus, suscrito en diciembre del año pasado.

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El acuerdo franco-germano-británico consistió en que la Unión convertirá en permanente su unidad de planificación eventual que hoy tiene en el cuartel general de la Alianza Atlántica (Shape, en Mons, a 60 kilómetros de la OTAN), pero también dispondrá de un grupo militar de planificación en el Estado Mayor europeo, situado en Bruselas, con lo que Europa podrá ser autónoma cuando despliegue medios militares sin contar con la Alianza.

Las variadas referencias a la OTAN en el proyecto constitucional y en el protocolo adjunto sobre la "cooperación estructurada" persigue también tranquilizar a Washington y a sus más leales socios europeos, incluidos la mayoría de los diez países candidatos. Así, los Estados que formen esa avanzadilla de defensa suscribirán entre ellos un compromiso de defensa mutua por el que, si uno de ellos sufre un ataque armado en su territorio, los demás acudirán en su ayuda, incluso con medios militares.

Pero ese compromiso se materializará "conforme a los suscritos en el seno de la OTAN, que siguen siendo el fundamento de su defensa colectiva", como se indica en el nuevo artículo 40 del proyecto constitucional, modificado ahora para incluir esa explícita referencia a la Alianza.

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