El hombre acusado de matar a su esposa en Valladolid se entregó tras las amenazas de su hijo

José Andrés Caño Cabo, el hombre de 45 años de edad acusado de matar a su esposa, Raquel Fuentes, de 41, en Tordesillas (Valladolid) y de arrojar su cadáver a un contenedor de basuras en Salamanca, se entregó a la policía tras las amenazas del hijo mayor del matrimonio, de 23 años. Según fuentes de la investigación, tras matar a la mujer, Caño Cabo regresó a la capital salmantina, donde recorrió diversas calles hasta que decidió tirar el cadáver a la basura. Posteriormente se fue a su casa y relató el suceso a sus dos hijos, de 23 y 15 años, respectivamente.

Fue el mayor de los dos quie...

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José Andrés Caño Cabo, el hombre de 45 años de edad acusado de matar a su esposa, Raquel Fuentes, de 41, en Tordesillas (Valladolid) y de arrojar su cadáver a un contenedor de basuras en Salamanca, se entregó a la policía tras las amenazas del hijo mayor del matrimonio, de 23 años. Según fuentes de la investigación, tras matar a la mujer, Caño Cabo regresó a la capital salmantina, donde recorrió diversas calles hasta que decidió tirar el cadáver a la basura. Posteriormente se fue a su casa y relató el suceso a sus dos hijos, de 23 y 15 años, respectivamente.

Fue el mayor de los dos quien amenazó a su padre con denunciarlo si no se entregaba a la policía. Diversas fuentes han asegurado que incluso llegó a agredirle para convencerlo, lo que consiguió minutos después.

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Aunque no han trascendido datos concretos de su declaración ante el juez de guardia, todo parece indicar que los celos fueron el detonante del asesinato. Fuentes había contactado con un joven de Valladolid a través de Internet. Una llamada de éste al teléfono móvil de la mujer fue lo que alteró a Caño Cobo, quien mató a su esposa en una urbanización de Tordesillas, a 30 kilómetros de la capital vallisoletana. Tras introducir el cadaver en el maletero de coche, regresó a Salamanca, donde recorrió diversas calles antes de arrojarlo en un contenedor de basuras cerca de la vivienda familiar. Por el momento sigue sin aparecer el arma asesina ni el teléfono móvil de la fallecida. Caño Cabo ingresó el sábado por la tarde en la prisión de Topas (Salamanca.)

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