Consejo de guerra por torturas

Por primera vez en Irak, un consejo de guerra comenzó ayer sus sesiones previas en Tikrit, capital de la región natal de Sadam, para juzgar a un alto oficial estadounidense, acusado de haber torturado a un detenido iraquí. El teniente coronel Allen West se enfrenta a tres acusaciones: "Golpes sobre la persona de Yahya Hamudi, amenazas de muerte y disparos con su pistola cerca de la cabeza del sospechoso durante su interrogatorio, el 20 de agosto". El conductor de Allan West, testigo de cargo, afirmó que el oficial había blandido su pistola y disparado ante el rechazo de Yahya Hamudi a hablar. ...

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Por primera vez en Irak, un consejo de guerra comenzó ayer sus sesiones previas en Tikrit, capital de la región natal de Sadam, para juzgar a un alto oficial estadounidense, acusado de haber torturado a un detenido iraquí. El teniente coronel Allen West se enfrenta a tres acusaciones: "Golpes sobre la persona de Yahya Hamudi, amenazas de muerte y disparos con su pistola cerca de la cabeza del sospechoso durante su interrogatorio, el 20 de agosto". El conductor de Allan West, testigo de cargo, afirmó que el oficial había blandido su pistola y disparado ante el rechazo de Yahya Hamudi a hablar. El soldado de segunda clase, Michael Johnson, de 20 años, reveló que el iraquí fue golpeado durante el interrogatorio en un centro de detención de Taji, al oeste de Bagdad.

"Cuando no proporcionaba informaciones, utilizamos métodos brutales, como golpearle", relató Johnson. Preguntado sobre la potencia de los golpes, el soldado respondió: "Todo lo fuertes que podíamos". Hamudi es un antiguo policía iraquí, que llegó a participar en patrullas conjuntas con los estadounidenses, al que acusaron de colaborar con la guerrilla. La defensa no niega los hechos que se imputan a West, pero asegura que era la única forma de desactivar una emboscada que se estaba preparando.

Mientras, los ataques de la guerrilla y la ofensiva estadounidense contra la resistencia prosiguieron con intensidad. La noche de Bagdad volvió ayer a verse sacudida por potentes explosiones, como lleva ocurriendo en los últimos días: en este caso fue un ataque de la artillería estadounidense contra objetivos en el centro de la capital. Durante la jornada, aviones y helicópteros de EE UU habían destruido supuestos reductos de la resistencia al norte de Bagdad, durante un día en el que al menos dos soldados resultaron heridos. El bombardeo más intenso se registró en los alrededores de la localidad de Baquba, en el conflictivo triángulo suní y donde a menudo los insurgentes han atacado con cohetes anticarro a los convoyes militares.

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