Los empresarios quieren la coalición de los dos grandes

Los empresarios intentan embridar el pospujolismo nacido en las urnas, proclamando la necesidad de una gran coalición entre socialistas (PSC) y nacionalistas (CiU).

En la sede de Fomento del Trabajo, presidido por Juan Rosell, se reunió ayer el consejo consultivo de la organización, que cuenta con los 34 patronos más representativos del tejido industrial -José Arcas (Nestlé), Albert Costafreda (Panrico), Joaquín Folch Corachán (Titán), Manuel Lao (Cirsa), Ignacio Ferrero (Nutrexpa), Josep Serra Farré (Catalana Occidente), entre otros- y que está reconocido como el senado ...

Los empresarios intentan embridar el pospujolismo nacido en las urnas, proclamando la necesidad de una gran coalición entre socialistas (PSC) y nacionalistas (CiU).

En la sede de Fomento del Trabajo, presidido por Juan Rosell, se reunió ayer el consejo consultivo de la organización, que cuenta con los 34 patronos más representativos del tejido industrial -José Arcas (Nestlé), Albert Costafreda (Panrico), Joaquín Folch Corachán (Titán), Manuel Lao (Cirsa), Ignacio Ferrero (Nutrexpa), Josep Serra Farré (Catalana Occidente), entre otros- y que está reconocido como el senado del mundo económico catalán. Los empresarios blindan su anhelo de la gran coalición con la idea de que el dirigente de Esquerra Republicana (ERC), Josep Lluís Carod Rovira, ha ganado con "votos prestados", y que éstos volverán a CiU y Artur Mas en el momento en que el líder nacionalista establezca una alianza con el PSC,

aunque éste deba pagar el peaje del abandono de Pasqual Maragall.

Y esta vez, la patronal no está sola. Otros grupos más heterogéneos alimentan el mismo sueño de unir a nacionalistas y socialistas. Anteanoche, con el veredicto de las urnas todavía caliente, se reunió en una cena un grupo de ejecutivos entre los que se encontraban los presidentes de La Caixa, Ricard Fornesa; Grupo Planeta, José Manuel Lara Bosch, y el Círculo de Economía y Gas Natural, Antoni Brufau.

La cena, que se celebró en el domicilio de Fornesa y a la que también estaban invitados los dos vicepresidentes de la misma entidad de ahorro, Jordi Mercader y Salvador Gabarró, estaba convocada de antemano, pero, como es lógico, en ella acabó hablándose del resultado electoral y se conjuró el peligro republicano.

Por primera vez desde que se inició en la arena política, ante los distintos ojos empresariales Mas se perfila como un líder creíble; incluso quienes dudaron de su capacidad le rinden ahora las llaves del virreinato catalán.

Todo, menos admitir las condiciones que impondrá ERC para formar gobierno, tanto si está presidido por Artur Mas, el ganador en escaños, como si lo encabeza Pasqual Maragall a través de su fórmula tripartita (PSC-ERC-ICV).

Los empresarios ven en Carod Rovira un líder que si levanta el vuelo es gracias a la dureza centralista del Partido Popular y que revive la paradoja histórica de la que habló Enric Prat de la Riba (en su libro La nacionalitat catalana), según la cual, cuanto más españolizada está la sociedad catalana, mayor es la fuerza del catalanismo político.