Francia apuesta por el rearme nuclear frente a las armas de destrucción masiva

París adapta su estrategia de disuasión a la amenaza de "potencias regionales" y terroristas

Francia apuesta por el arma nuclear frente a la proliferación de armas de destrucción masiva con una señal muy concreta: el presupuesto estatal del año próximo incluye 3.000 millones de euros destinados a la disuasión nuclear, lo cual representa el 20% del total de recursos disponibles para equipamiento militar. El presidente Jacques Chirac y el Gobierno han decidido que su país siga siendo una potencia nuclear frente a nuevas amenazas como el terrorismo, las mafias y los Estados que, como Corea del Norte, rehúsan las inspecciones de la Agencia de Energía Atómica.

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Francia apuesta por el arma nuclear frente a la proliferación de armas de destrucción masiva con una señal muy concreta: el presupuesto estatal del año próximo incluye 3.000 millones de euros destinados a la disuasión nuclear, lo cual representa el 20% del total de recursos disponibles para equipamiento militar. El presidente Jacques Chirac y el Gobierno han decidido que su país siga siendo una potencia nuclear frente a nuevas amenazas como el terrorismo, las mafias y los Estados que, como Corea del Norte, rehúsan las inspecciones de la Agencia de Energía Atómica.

La Fuerza Aérea francesa se dotará de misiles de crucero Scalp a partir de 2004, cuya virtud mayor es la capacidad de penetrar objetivos a una distancia de entre 400 y 600 kilómetros del avión lanzador y hacer estallar en su interior una carga explosiva convencional. Francia ha encargado 450 misiles de este tipo, la mitad que Reino Unido.

Pero en unos pocos años -se habla de 2007-, Francia se dotará de otro misil, en este caso con cabeza nuclear, que equipará los Mirage 2000 K3 y los Rafale de la Fuerza Aérea y la Armada. Un reciente informe parlamentario describe ese ingenio como el arma de disuasión creíble "en relación con potencias regionales" dotadas de armamento de destrucción masiva. Puede alcanzar blancos situados entre 300 y 400 kilómetros, si bien su construcción requiere 1.400 millones de euros por unidad.

París no acepta la idea de seguir a EE UU en su reflexión sobre las "minibombas atómicas". Pero la voluntad de dedicar una parte de los recursos militares a la opción nuclear implica una renovación que tenderá a dotarse de dispositivos más pequeños y flexibles que los actuales, con un alcance y objetivos precisos todavía no clarificados.

El rearme nuclear ha sido decidido en el contexto de un fuerte impulso a los planes de la Defensa. Francia dispone ya de un portaaviones de propulsión nuclear, el Charles de Gaulle. La ministra de Defensa, Michèle Alliot-Marie, espera anunciar antes de fin de año los detalles para la construcción de un segundo portaaviones, para el que se baraja igualmente la opción nuclear, que debería entrar en servicio en 2015. La Armada dispone de cuatro submarinos nucleares que serían equipados a partir de 2010 con misiles dotados de cabezas nucleares.

El rearme militar francés está sostenido por Chirac, que ha convertido el presupuesto de la Defensa en intocable, en contraste con las restricciones impuestas a otros departamentos. Con 32.400 millones de euros, el presupuesto de Defensa es el segundo más importante de Francia, detrás del que se dedica a Educación, con la finalidad de mantener y equipar a unas Fuerzas Armadas profesionales constituidas por 455.000 personas.

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Mayor gasto en defensa

De ese presupuesto, los gastos totales de equipamiento militar ascienden a 14.900 millones, un 9,2% por encima de los del año precedente. A falta de acuerdo con otros países europeos para descontar las inversiones en defensa de los criterios del Pacto de Estabilidad, el Gobierno francés se ha ofrecido como avalista de los préstamos bancarios con los que se financiarán varios programas como la construcción de fragatas para la Armada.

En coincidencia con la filtración de los planes para potenciar y diversificar el arma nuclear, el Gobierno francés se muestra igualmente dispuesto a mantener el peso de la energía nuclear en su abastecimiento energético. Con la prudencia exigida por el previsible choque con los ecologistas, la ministra de Industria, Nicole Fontaine, confirmó el viernes que "la opción nuclear continúa abierta". La prensa francesa interpreta esa declaración como un modo de dar luz verde a la industria (con la empresa eléctrica pública EDF a la cabeza) para construir un reactor nuclear de nueva generación, el European Pressurized Water Reactor (EPR), que utiliza uranio enriquecido o plutonio refrigerado por agua a alta presión, lo cual mejora la seguridad de las centrales nucleares. Sin depender por completo de la energía nuclear -el 77% de la electricidad producida en Francia proviene de centrales nucleares-, Francia muestra claramente la voluntad de seguir siendo una potencia nuclear, tanto civil como militar.

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