OPINION DEL LECTOR

Selección de personal en el hospital de Úbeda

Resulta habitual que las principales quejas ciudadanas sobre la sanidad pública giren en torno a las listas de espera, el trato humano recibido en los servicios de urgencias y hospitalarios, o las malas condiciones de algunos centros de ¿salud pública? Sin embargo, esta carta va en otra dirección.

El pasado 18 de agosto, el hospital San Juan de la Cruz, de Úbeda, convocó una plaza de técnico de Función Administrativa. La publicidad de dicha plaza en prensa no remite a una convocatoria detallada y más amplia de las pruebas de selección, sino que tan sólo enuncia de manera vaga que se val...

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Resulta habitual que las principales quejas ciudadanas sobre la sanidad pública giren en torno a las listas de espera, el trato humano recibido en los servicios de urgencias y hospitalarios, o las malas condiciones de algunos centros de ¿salud pública? Sin embargo, esta carta va en otra dirección.

El pasado 18 de agosto, el hospital San Juan de la Cruz, de Úbeda, convocó una plaza de técnico de Función Administrativa. La publicidad de dicha plaza en prensa no remite a una convocatoria detallada y más amplia de las pruebas de selección, sino que tan sólo enuncia de manera vaga que se valorarán los estudios del candidato y conocimientos propios de la plaza a cubrir. Pues bien, un familiar mío, interesado en dicha plaza, entrega su documentación en plazo y forma, y queda a la espera de la misteriosa prueba de selección de personal.

Semanas después, una carta acude al domicilio familiar indicándole que la escurridiza prueba se celebrará dos días después (17 de octubre) en el mismo hospital. Mi familiar, que vive a 400 kilómetros de distancia, tiene que componérselas para asistir a la cita en 48 horas. No obstante, hay que agradecer que tuvieran el detalle de avisar a los candidatos por teléfono "por si la carta no llegaba a tiempo".

Presentes en el lugar y sin conocer aún si se realizará una entrevista personal o en grupo, un test psicotécnico, una prueba escrita con contenidos desconocidos o una partida de dominó, les entregan finalmente unos folios para contestar a 20 preguntas sin que nadie les pida DNI o acreditación alguna. ¿Y si su amigo Fulanito de Menganito se presenta en su lugar? ¿Y si la paloma mensajera yerra su destino al hacerle llegar la convocatoria?

Como muestra de la previsión y competencia con que se preparó el evento, uno de los organizadores impide que una candidata continúe en el ¿proceso de selección? porque su documentación no había sido presentada en plazo.

En definitiva, se trata de un episodio chapucero, cargado de discrecionalidad y que hace un flaco favor a la gestión óptima de unos recursos públicos en un terreno tan sensible como la sanidad pública. Luego pasan las cosas que pasan.

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