Diez especialistas denuncian la "desprotección social" de los enfermos mentales y sus familias

Destacan la falta de personal, de programas de reinserción y la dispersión de competencias

La saturación de las consultas, la escasez de personal, el abuso de tratamientos farmacológicos por la presión asistencial o la falta de programas de reinserción social y laboral son algunos de los aspectos en los que se apoyan ocho jefes de servicio y dos catedráticos de psiquiatría para señalar la "desprotección social" que padece la mayoría de enfermos mentales y familiares. La parcelación de competencias entre Bienestar Social, Sanidad y diputaciones y la falta de compromiso en ejecutar los planes de salud mental son otros de los principales reproches de los especialistas.

Los espec...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La saturación de las consultas, la escasez de personal, el abuso de tratamientos farmacológicos por la presión asistencial o la falta de programas de reinserción social y laboral son algunos de los aspectos en los que se apoyan ocho jefes de servicio y dos catedráticos de psiquiatría para señalar la "desprotección social" que padece la mayoría de enfermos mentales y familiares. La parcelación de competencias entre Bienestar Social, Sanidad y diputaciones y la falta de compromiso en ejecutar los planes de salud mental son otros de los principales reproches de los especialistas.

La falta de personal "obliga a una intervención centrada en los fármacos"
"No existe ningún sistema de reinserción y rehabilitación social"

Los especialistas consideran en un escrito que han remitido al Síndic de Greuges que en la base del problema está la "posición marginal" que ocupa la salud mental para la Administración "precedente o la actual", que se ha limitado a elaborar sucesivos planes "que han carecido de un decidido impulso político, y lo que es más grave, que nunca han estado sujetos a un calendario ni respaldados por una dotación presupuestaria para su ejecución". Éstos son algunos de los principales aspectos en los que inciden .

- Déficit de personal en centros de salud mental. Los centros de salud mental "son deficitarios de personal, especialmente de psicólogos, enfermeros y trabajadores sociales y de manera destacada, los dedicados a la atención de niños y adolescentes". El escenario no es homogéneo. Hay equipos mejor dotados que otros, en función de políticas de personal "erráticas, asimétricas y coyunturales". Además, la "falta de coordinación" entre los trabajadores de atención primaria y los equipos de salud mental provoca que, en lugar de que se filtren los casos más graves, "se genere una demanda indiscriminada que satura los centros de salud mental, en detrimento a la atención más compleja". El desbordamiento "impide tener tiempo y la serenidad para practicar" la psicoterapia, por lo que los pacientes que la necesitan "son tratados en sesiones de sólo diez minutos, con ansiolíticos y antidepresivos, contribuyendo a su medicalización y la frustración y desgaste" de los médicos.

- Falta de camas y espacios claustrofóbicos. Las unidades de hospitalización psiquiátrica son espacios "cerrados, claustrofóbicos, mal equipados, con dotación muy escasa de personal de enfermería", lo que "obliga a una intervención fundamentalmente farmacológica y de contención". Dada la "escasez de camas y la limitación de los recursos terapéuticos, las estancias son excesivamente breves". El resultado de estas condiciones es, señalan, un círculo vicioso: la falta de medios y la presión asistencial fuerza las altas, y la ausencia de medios para tratar a los enfermos en su casa o su ambiente incrementa los ingresos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

- Ingresos voluntarios. Cada área de salud resuelve estos problemas "como puede y dependiendo de sus buenas relaciones o no con la atención primaria, el SAMU, la Policía y los jueces".

- Menos edificios y más especialistas. La falta de medios impide la aplicación de estrategias de intervención comunitaria, la principal aportación de la reforma psiquiátrica impulsada en 1985 en España, que consistía en desplazar el núcleo de la atención de los enfermos mentales de los hospitales a su comunidad -barrio, casa, entorno social-. "El desarrollo del enfoque comunitario no requiere la construcción de edificios, como la Administración parece estar proyectando, sino una dotación de personal adecuado y ajustado a las necesidades de cada área de salud".

- No hay reinserción. Los especialistas consideran que tampoco se ha desarrollado el último eslabón de la reincorporación del paciente rehabilitado a la vida normal "No existe un sistema de reinserción y rehabilitación social, ni parece que la Administración crea que deba existir".

- Pensión, casa y trabajo. La enfermedad mental grave es motivo de discapacidad permanente en un 1% de la población. La compensación por ello para normalizar sus vidas con pensiones dignas, lugares de residencia adecuados y ocupación ajustada a su discapacidad "debería constituir un derecho tan fundamental como lo es el de la asistencia sanitaria. Este no es el caso". Respecto a la red de servicios residenciales que concierta la Administración, apuntan que no hay mecanismos para controlar la calidad que prestan.

- Falta de coordinación. La ausencia de mecanismos de coordinación de los dispositivos psiquiátricos entre sí y con los demás servicios sanitarios, los sociales, las fuerzas de seguridad, los jueces o las ONG, "impide el funcionamiento en red" del sistema y rompe el principio asistencial de continuidad de cuidados, lo que provoca que se malgasten recursos, ineficacia terapéutica y frustración en pacientes y sus familiares.

Bajo el punto de mira del Síndic

Las denuncias que a lo largo de los últimos años las asociaciones de enfermos y familiares o los especialistas han vertido sobre la situación que atraviesa la atención a los enfermos mentales en la Comunidad Valenciana ha motivado que la Sindicatura de Greuges haya dirigido su atención hacia las necesidades de este sector.

Primero fue la anterior responsable del organismo, Emilia Caballero, que encargó a un equipo de psiquiatras una evaluación de la asistencia a estos enfermos. Más tarde, Bernardo del Rosal, actual responsable de la institución, delegó en Carlos Ferreirós la elaboración de un nuevo informe, para lo que se reunió con especialistas y visitó dispositivos de salud mental para recabar información de los profesionales. Sin embargo, "con el fin de que no tenga una idea fragmentaria a la hora de elaborar el informe", los ocho jefes de servicio y los dos catedráticos de psiquiatría de la Universidad de Valencia que han elaborado el análisis optaron por redactar un análisis propio y remitirlo a Ferreirós con "las principales carencias y disfunciones que aquejan al conjunto del dispositivo asistencial y las consecuencias que de ello se derivan sobre los usuarios".

El primer informe, elaborado a finales de 2001 con motivo de las preguntas de Emilia Caballero, ya criticaba la "falta de recursos materiales y humanos y la injusta distribución de los mismos". El estudio analizaba el recién presentado entonces Plan Director de Salud Mental y Atención Psiquiátrica de la Comunidad Valenciana, del que censuraron su "planificación fantasma" y la falta de financiación destinada a apoyar los compromisos que establecía. De hecho, en valoraciones posteriores del plan de salud mental, los especialistas han señalado que no se ha cumplido el aumento de personal ni de recursos al que se comprometió el Consell en el documento.

Archivado En