Reportaje:

"Mi hijo no era pandillero"

"Ronny no pertenecía a ninguna banda; era un chico muy casero"

La madre de Ronny Tapias no hallaba ayer consuelo: "Mi hijo no era pandillero. Nunca dijo que tuviera problemas con nadie", sollozaba. Ronny Tapias y su mejor amigo salieron el martes por la tarde del instituto y querían ir a hacer unas fotocopias. No llegaron a entrar en la copistería porque en la puerta había cinco chicos esperándolos para apuñalarle. A Ronny, colombiano de 17 años, le hirieron delante de la copistería y le persiguieron unos metros. Una de las puñaladas, en el tórax, era mortal de necesidad. Murió desangrado poco después. Su amigo, un brasileño de 16 años, sólo recibió algun...

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La madre de Ronny Tapias no hallaba ayer consuelo: "Mi hijo no era pandillero. Nunca dijo que tuviera problemas con nadie", sollozaba. Ronny Tapias y su mejor amigo salieron el martes por la tarde del instituto y querían ir a hacer unas fotocopias. No llegaron a entrar en la copistería porque en la puerta había cinco chicos esperándolos para apuñalarle. A Ronny, colombiano de 17 años, le hirieron delante de la copistería y le persiguieron unos metros. Una de las puñaladas, en el tórax, era mortal de necesidad. Murió desangrado poco después. Su amigo, un brasileño de 16 años, sólo recibió algunos golpes. La agresión, ocurrida cerca del instituto Sant Josep de Calassanç, situado en la confluencia de la calle de Indústria con Sant Quintí, en el distrito barcelonés de Sant Martí, abrió ayer un encendido debate en la calle sobre la presencia en la zona de bandas violentas formadas por jóvenes latinoamericanos. Algunos vecinos y estudiantes del barrio señalaban a estas bandas como las responsables de la muerte de Ronny. La policía, que todavía no ha dado con los agresores, no descarta ninguna hipótesis, pero se muestra muy prudente a la hora de hablar de bandas. Lo que sí confirma es que, según testigos de los hechos, los agresores son también suramericanos.

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Quienes mejor conocían a Ronny descartaban ayer que perteneciera a ninguna de estas bandas. Eran sus amigos y ayer acompañaban en su casa a los padres desolados. Hablaban de cómo era Ronny y cuáles eran sus costumbres. El joven llegó a Barcelona hace dos años con su hermano mayor para reunirse con sus padres y su hermana. Nada más llegar, se matriculó en cuarto de ESO en el instituto Josep de Calassanç, que le quedaba cerca de casa. Su padre explicó que al principio le costó adaptarse al nuevo sistema escolar y que por ello este año repetía curso. "Estudiaba cuando quería, pero ahora estaba sacando muy buenas notas", dijo su padre. Él lleva ya cuatro años en Barcelona y trabaja en una tienda de bicicletas.

Ronny no tenía muchos amigos y lo que más le gustaba era jugar al baloncesto con el equipo del instituto, tocar la guitarra y estudiar idiomas. También pasaba muchas horas ante el ordenador. "Era un chico muy casero y familiar", repetía la madre, mientras el padre abría el ordenador y mostraba las últimas fotos de Ronny : llevaba el pelo más largo y sonreía junto a sus padres en Montserrat. Era el pasado verano, en una excursión familiar al monasterio.

La familia Tapias no encontraba ayer explicación a lo ocurrido. Su hijo no había comentado nunca en casa que estuviera amenazado. "Lo que ha sucedido es incomprensible", repetían. El piso en el que vive la familia se llenó por la tarde de amigos y vecinos. La madre preguntaba a un compañero de Ronny si él sabía si tenía miedo de alguien. "Conmigo tenía mucha confianza, pero igual entre vosotros os contáis más cosas", insistía. "Nunca me comentó nada así", le respondió el chico.

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El consejo escolar del instituto lamentó ayer el trágico suceso. Considera que es fruto de la "violencia generalizada en la sociedad", en todo caso "ajena a los centros de enseñanza". Unas 300 personas, entre padres, alumnos y profesores, se concentraron al mediodía y al final de la tarde frente al instituto y guardaron unos minutos de silencio. Los compañeros de Ronny escribieron sobre la acera en que murió: "Te recordaremos".

Lupe Alberich, representante de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos del instituto, aseguró que hace un tiempo empezaron a notar la presencia de grupos de jóvenes que roban e intimidan a los estudiantes a la salida del colegio. Por ello, a principio de curso la directora pidió al distrito que se reforzaran las medidas de seguridad. Fuentes del Ayuntamiento aseguraron ayer que a raíz de la petición se aumentó la presencia de la Guardia Urbana en las inmediaciones del instituto. Los padres volvieron a reclamar ayer más seguridad.

Fuentes municipales informaron de que el Ayuntamiento de Barcelona se personará como acusación particular en el proceso judicial que se abra contra los agresores y en la próxima Junta de Seguridad Local se tratará del tema de la violencia juvenil. En caso de que se confirmara la implicación en este suceso de bandas callejeras, se adoptarán las medidas necesarias contra ellas.

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