CATALUÑA

El desinterés de las familias impide la repatriación

La Generalitat de Cataluña ha atendido en los ocho primeros meses de este año a 522 menores inmigrantes, la gran mayoría marroquíes. En todo el año 2002 los niños atendidos fueron 1.139, una cifra que muy probablemente no se superará este año, pues ya han pasado los meses de verano que es cuando se produce mayor afluencia.

Xavier Puigdollers, director general de Atención a la Infancia de la Generalitat, asegura que la guerra de Irak ayuda a explicar este descenso porque creó una situación de incertidumbre internacional que frenó a buena parte de esos menores. Sin embargo, en lo que va d...

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La Generalitat de Cataluña ha atendido en los ocho primeros meses de este año a 522 menores inmigrantes, la gran mayoría marroquíes. En todo el año 2002 los niños atendidos fueron 1.139, una cifra que muy probablemente no se superará este año, pues ya han pasado los meses de verano que es cuando se produce mayor afluencia.

Xavier Puigdollers, director general de Atención a la Infancia de la Generalitat, asegura que la guerra de Irak ayuda a explicar este descenso porque creó una situación de incertidumbre internacional que frenó a buena parte de esos menores. Sin embargo, en lo que va de año sólo han sido repatriados 15 niños. Todos a Marruecos. Varios motivos explican esa desproporción. Por un lado, el desinterés de la familia por lograr la vuelta del menor, pese a que la Administración catalana asegura que contacta con el 80% de los familiares de los niños que atiende. Por otro, el "sentimiento de fracaso" que supone para los afectados la repatriación. Además de estas causas, también existen situaciones de malos tratos o abandonos que describen los afectados en sus familias de origen y que desaconsejan su repatriación.

Actualmente un total de 283 menores inmigrantes están ingresados en centros dependientes de la Generalitat. Si aceptan las ayudas de la Administración podrán permanecer hasta los 17 o 18 años y después pasarán a un pisos o una pensión en régimen de tutela. La Generalitat admite que en ocasiones se producen problemas de convivencia en los centros por la actuación de algún menor, aunque Puigdolleres asegura que "la situación está contenida". No podemos atar a nadie a la pata de la mesa y es evidente que el que quiere irse, se va".

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