Reportaje:ELECCIONES 16-N

Piqué y los miedos patronales

El candidato del PP calma a un empresario temeroso de la victoria de la izquierda

Estaba en su ambiente natural, entre empresarios, y por eso Josep Piqué, el candidato del PP, se presentó ayer como la garantía de la estabilidad en Cataluña. Además, criticó todos los posibles pactos "que no generan confianza entre los agentes económicos", esto es, todos los que no lleven a su partido al Gobierno autonómico. El ex ministro de Ciencia y Tecnología, durante una comida en el Círculo Ecuestre, auguró un futuro muy negativo para Cataluña tanto si pacta la izquierda como si los números llevan a un gobierno de las dos formaciones nacionalistas.

Tanto insistió en esta visión n...

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Estaba en su ambiente natural, entre empresarios, y por eso Josep Piqué, el candidato del PP, se presentó ayer como la garantía de la estabilidad en Cataluña. Además, criticó todos los posibles pactos "que no generan confianza entre los agentes económicos", esto es, todos los que no lleven a su partido al Gobierno autonómico. El ex ministro de Ciencia y Tecnología, durante una comida en el Círculo Ecuestre, auguró un futuro muy negativo para Cataluña tanto si pacta la izquierda como si los números llevan a un gobierno de las dos formaciones nacionalistas.

Tanto insistió en esta visión negativa, que en el turno de preguntas, Santiago Fisas, un veterano empresario propietario de SATI (industria textil) padre del ex concejal del PP en Barcelona y amigo personal de Jordi Pujol, le preguntó si no temía que algunos empresarios se marcharan de Cataluña "según y como vaya el resultado". Ante la mirada sorprendida de Piqué, Fisas insistió: "es que nosotros, por ejemplo, tenemos unos terrenos preparados en Valencia para invertir allí en vez de en Cataluña". El auditorio se quedó mudo. Piqué trató de restar dramatismo al momento y recomendó al empresario que "se lo pensara dos veces" antes de tomar una decisión como ésa. "Yo le díria: aguante, que ya encontraremos una solución", insistió. Pero enseguida asumió esa inquietud: "yo no puedo decir a un empresario que confíe en el futuro si no confía".

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Este temor de la patronal catalana fue ya expresado la semana pasada por su máximo dirigente, Juan Rosell, presidente de Fomento del Trabajo Nacional, que arremetió contra la posible participación de ERC en el Gobierno. Frente a esos miedos, Piqué se ofreció como garantía de "estabilidad y pactos claros". Ayer lanzó una nueva propuesta de pacto programático a CiU en la que no profundizó. Se limitó a aclarar que sería un acuerdo no centrado en el reparto de cargos, sino en un programa de Gobierno claro.

Poco antes de ofrecer este pacto, sin embargo, había arremetido con gran dureza contra el candidato de CiU y conseller en cap, Artur Mas. Dijo que el proyecto de nuevo Estatuto que plantea es "en términos conceptuales como el plan Ibarretxe", porque para aprobar, por ejemplo, la idea de la soberanía catalana "habría que hacer otras Cortes Constituyentes" para cambiar por completo la Carta Magna. También había acusado al Gobierno de CiU de trabajar "para legitimar el discurso de una fuerza política que no es la suya", en clara referencia a ERC.

Piqué ya anunció que él no va a ser "políticamente correcto" en la campaña electoral. Y por eso al hacer su análisis de cómo está Cataluña, sostuvo que el autogobierno está completado, que sólo quedan dos o tres transferencias "de orden menor", que la financiación que llega del Estado es suficiente, que el presupuesto de la Generalitat ha crecido un billón de pesetas desde que gobierna el PP y que él no ve "el expolio del que se habla" por ningún lado. Todo esto para concluir con un mensaje. Tanto hablar del Estatuto le lleva a pensar que "hay un exceso de política y un defecto de sociedad".

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