EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

La sangre salpica una vez más la Hoja de Ruta

El atentado que ayer costó la vida al menos a 19 personas en Haifa, el cuarto más sangriento desde el inicio de la Intifida en el otoño de 2000, cuando las organizaciones extremistas palestinas rompieron su tregua unilateral, quiebra las esperanzas que despertaba el Gobierno en ciernes del primer ministro palestino, Ahmed Qurei, Abu Alá, para reanudar el proceso de paz según la Hoja de Ruta.

El plan de paz se había convertido en papel mojado tras la ruptura de la tregua alcanzada el pasado 29 de junio. El cese al fuego duró sólo siete semanas; voló por los aires el 19 de agosto t...

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El atentado que ayer costó la vida al menos a 19 personas en Haifa, el cuarto más sangriento desde el inicio de la Intifida en el otoño de 2000, cuando las organizaciones extremistas palestinas rompieron su tregua unilateral, quiebra las esperanzas que despertaba el Gobierno en ciernes del primer ministro palestino, Ahmed Qurei, Abu Alá, para reanudar el proceso de paz según la Hoja de Ruta.

El plan de paz se había convertido en papel mojado tras la ruptura de la tregua alcanzada el pasado 29 de junio. El cese al fuego duró sólo siete semanas; voló por los aires el 19 de agosto tras un brutal atentado perpetrado por un kamikaze que hizo estallar una carga explosiva dentro de un autobús en Jerusalén. La explosión causó la muerte de 23 personas y más de 100 heridos.

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La reacción israelí fue el asesinato selectivo de activistas de Hamás, y un atentado fallido en Gaza contra su fundador y líder espiritual, el jeque Ahmed Yasín, el pasado 6 de septiembre, pocas horas después de la renuncia del primer ministro palestino Abu Mazen.

Hamás juró venganza tras el ataque contra su líder espiritual, y cumplió la amenaza: el 9 de septiembre, otro kamikaze se infiltró en la localidad de Rishon Letzion, cerca de Tel Aviv, y detonó una carga explosiva en una parada de autobús. Las víctimas fueron ocho soldados israelíes de reemplazo que regresaban a casa tras terminar su jornada. Un par de horas después, un segundo suicida hizo estallar una bomba en el bar Hilel, de Jerusalén, causando la muerte a siete personas.

Tras estos atentados, el Gabinete de Seguridad del primer ministro, Ariel Sharon, decidió desterrar al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, al que el Gobierno israelí suele responsabilizar de los ataques por "no hacer nada contra los terroristas". La respuesta al atentado de ayer, por parte del Gobierno israelí, fue la de no dar más largas a esta orden de destierro.

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