OPINIÓN DEL LECTOR

"Limpieza" en la plaza del Pumarejo

Resido a cuatro manzanas de la plaza del Pumarejo. Hasta hoy, he sido usuario habitual del cyber-café y de algunos de los bares que se encuentran en ella. Pero la creciente sensación de inseguridad que sufro al pasear por las inmediaciones de la plaza, me hacen desistir de seguir visitándola. Tras ver en televisión, indignado, como feroces manifestantes golpeaban con saña a un hombre que suele sentarse en un banco de esa plaza, siento miedo de que cualquier día me pueda ocurrir a mí algo similar. Tal vez, si no les gusta mi aspecto, pueda ser yo la próxima víctima de los integrantes del movimi...

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Resido a cuatro manzanas de la plaza del Pumarejo. Hasta hoy, he sido usuario habitual del cyber-café y de algunos de los bares que se encuentran en ella. Pero la creciente sensación de inseguridad que sufro al pasear por las inmediaciones de la plaza, me hacen desistir de seguir visitándola. Tras ver en televisión, indignado, como feroces manifestantes golpeaban con saña a un hombre que suele sentarse en un banco de esa plaza, siento miedo de que cualquier día me pueda ocurrir a mí algo similar. Tal vez, si no les gusta mi aspecto, pueda ser yo la próxima víctima de los integrantes del movimiento vecinal que aplaudió los puñetazos propinados por dos jóvenes manifestantes.

El hombre linchado parecía un indigente; probablemente toxicómano (lo cual no me consta). Antes de recibir la agresión, tenía una actitud pacífica. Muchos como él han hecho del Pumarejo su punto de reunión, lo que preocupa a los vecinos, y lo comprendo; si bien me parece un problema más estético que de verdadera inseguridad ciudadana. Pienso que hay necesidades más prioritarias en la zona; pero si hay que buscar soluciones a esta situación, busquémoslas enfrentándonos al problema social de la drogadicción. En cualquier caso, es un peligroso precedente solucionar a golpes las molestias de "paisaje" o los intereses económicos de los empresarios de la plaza, ello es más propio de las SS que de quienes se nos presentan como "vecinos decentes".

El hombre agredido es un ciudadano y como tal titular de unos derechos. La agresión repugnante que recibió de al menos dos individuos que formaban parte de la manifestación, es un delito. Y como tal debe ser castigado.

Mi disfrute de la plaza del Pumarejo también pasa por no estar expuesto a esa agresividad quasi-nazi de los vecinos que forman parte de las movilizaciones. Tal vez, si me dieran a elegir, preferiría la presencia apática e insalubre de los yonquis que la prepotencia criminal de estas nuevas "brigadas de choque".

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