LA EXTRAÑA PAREJA

Acaba agosto, estamos vivos

Me apetecía liberar Corea del Norte y secuestrar al peluquero de su presidente para hacerme con el Secreto del Cardado, pero no va a poder ser, añadiéndose ésta a las muchas frustraciones y fracasos que he de aceptar de cara al otoño.

Pero armémonos. De paciencia. Si los resultados de la última encuesta del CIS son exactos y no ha habido cocina de por medio, no me queda otro recurso que meter en esta última crónica una sentida recomendación socio-política-literaria: vayan a por Historia de un alemán. Memorias 1914-1933, de Sebastian Haffner, editada por Destino en la colección Án...

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Me apetecía liberar Corea del Norte y secuestrar al peluquero de su presidente para hacerme con el Secreto del Cardado, pero no va a poder ser, añadiéndose ésta a las muchas frustraciones y fracasos que he de aceptar de cara al otoño.

Pero armémonos. De paciencia. Si los resultados de la última encuesta del CIS son exactos y no ha habido cocina de por medio, no me queda otro recurso que meter en esta última crónica una sentida recomendación socio-política-literaria: vayan a por Historia de un alemán. Memorias 1914-1933, de Sebastian Haffner, editada por Destino en la colección Áncora & Delfín. Lean, reflexionen. Y no digo más.

Ahora que las autoridades ponen carteles en todo lo que nos gusta para advertirnos que tal y tal y tal perjudican seriamente la salud, creo que sería de buen tono incluir avisos del género antes de presentarnos sondeos infartantes. "Peligro. Los resultados de esta encuesta producen enfermedades psicosomáticas, insomnio, dolor y, según el sujeto, frecuentes ataques de hilaridad inmotivados que pueden terminar con su salud mental. También predisponen al nihilismo, la resignación, el gregarismo y la desesperanza".

Hay que reconocer que cuando se pone grandioso tiene un punto Borsalino

Hemos resistido a agosto y sus calores, a los bañadores de los nietos de los Reyes (lo más benigno entre el muestrario, hay que reconocerlo: ni comparación con el conjunto Soy Minero que lucían el Cascos y la Mente durante su reciente visita al túnel del AVE; por no hablar del besuqueo con el de Silos; aquello parecía la entrega de los MTV. No, no merecemos acabar en urgencias por un golpe de estadísticas.

Después de enterarme de lo difícil que está resultando llegar a un acuerdo, en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC), para que los países pobres puedan acceder a los medicamentos genéricos, se me ocurre que quizá una fórmula para que los laboratorios importantes (básicamente, de Estados Unidos) permitieran a esos países luchar contra la malaria y otras plagas, sería encargarles, de ahora en adelante, que fabriquen ellos las encuestas y sondeos de opinión. Abundan tanto que, francamente, una bien podría entrar en una farmacia y pedir su ejemplar, con Cocinina o sin, con Predisposicionina o sin, con Ilusionina o sin. Que las introduzcan en envases con tantos nombres como les venga en gana, que les adjunten el correspondiente prospecto, y a cobrar. Pongan las encuestas por las nubes y cada cual se compre la que le vaya mejor para la tensión arterial.

Lo malo de que se termine agosto es que una deja de escribir en esta página y pierde, por ello, la tremenda influencia que, durante estos agradables días compartidos con mi pareja y con ustedes, he venido ejerciendo sobre los Gobiernos mundiales y sus gobernantes. ¿Todo este despliegue de ideas, este sembrado de necedades, va a caer en saco roto?

Y lo que más me fastidia es perderme los festejos que Silvio Berlusconi va a ofrecerle mañana mismo al que será su huésped de honor, Vladímir Putin, presidente de Rusia, cinturón negro (creo) de judo o kárate o algo por el estilo, y licenciado en gaseamientos por la Universidad de Moscú. Berlusconi, que hay que reconocer que cuando se pone grandioso tiene un punto Borsalino, le recibirá en Villa Certosa, en la Costa Esmeralda (Cerdeña), do ya estuvieron las hijas de Putin el verano anterior, como huéspedes del Gran Casamentero (noi lo conosciamo bene: seguro que algo han pillado, las nenas).

Villa Certosa es una de las Tres Residencias que tiene el presidente italiano sólo en la Costa Esmeralda, con búnker, parque y, esto, 450 especies de cactus raros. Lo de los cactus da que pensar, si lo unes a los gustos que tiene el Chansoniere en cuanto a amistades. Para que el Gaseador de la Estepa y la cincuentena de compatriotas que le acompañan en su viaje se sientan como en casa, una nave almirante de la flota rusa en el mar Negro se desplazará a las cercanías, y dos comandos de intervención patrullarán en las bellas aguas circundantes. Rematando el romanticismo del encuentro, el tenor invidente, pero asegurado a todo riesgo, Andrea Bocelli interpretará para los huéspedes piezas de Tosca, de Turandot y canciones napolitanas. Según Le Figaro, es posible que Silvio y Vlad se lancen a cantar a dúo su canción preferida, La vie en rose. No quisiera yo despedirme de esta página sin insinuar que dicho dúo, convenientemente ampliado por megafonía mundial, bien podría convertirse en una nueva y eficaz arma de disuasión defensiva, similar al Cardado Atómico del líder de Corea del Norte.

Agur, prendas mías.

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