Crítica:

El misterio de un instante

Lejos de la realidad identificable sitúa Guillermo Busutil el universo literario de 'Drugstore', su nuevo libro de relatos. El escritor granadino, ya experto en la distancia corta, presenta una galería de vidas imaginadas: uinmigrante o un boxeador.n músico de jazz, un indio, un

Si se me permite el símil futbolístico, hay escritores que se hacen fogueándose por los campos de segunda y tercera, y los hay que parecen hombres-bala, lanzados ruidosa y acaso injustamente al horizonte de la efímera gloria de las letras. Roberto Bolaño, aquel gran escritor que se fue en julio, sin pedir permiso a sus lectores, decía que antes de ser reconocido trabajó bastante para los premios provinciales. Recorrió la geografía de los certámenes locales, única manera, a la antigua de hacerse un nombre y, de paso, unos dineros. Así empezó Juan Manuel de Prada, así ha empezado a destacar Féli...

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Si se me permite el símil futbolístico, hay escritores que se hacen fogueándose por los campos de segunda y tercera, y los hay que parecen hombres-bala, lanzados ruidosa y acaso injustamente al horizonte de la efímera gloria de las letras. Roberto Bolaño, aquel gran escritor que se fue en julio, sin pedir permiso a sus lectores, decía que antes de ser reconocido trabajó bastante para los premios provinciales. Recorrió la geografía de los certámenes locales, única manera, a la antigua de hacerse un nombre y, de paso, unos dineros. Así empezó Juan Manuel de Prada, así ha empezado a destacar Félix J. Palma, o Gonzalo Calcedo, o Guillermo Busutil (Granada, 1961), que se ha hecho ya con un puñado de premios y que tiene en su haber un buen número de libros de cuentos, supongo que en editoriales provinciales. Llega ahora -a mi conocimiento- Busutil con este libro de cuentos dispuesto a sorprendernos, a enredarnos y a convencernos.

DRUGSTORE

Guillermo Busutil

Páginas de Espuma

Madrid, 2003

168 páginas. 12 euros

Busutil es un joven veterano del relato, que le ha cogido estupendamente el punto; es un hábil corredor de la distancia corta o -si la historia se le dispara, sólo un poco: que es un buen controlador- de la media distancia. Sus cuentos están deliberadamente alejados de una realidad perfectamente identificable; más que fragmentos de realidad, lo que él prefiere es descubrir el misterio de un instante. Hay en esta colección unas cuantas "vidas imaginadas" (un músico de jazz, un indio americano que se extravía en la fábrica de los sueños de Hollywood, que ama pedazos de estrellas rubias y conoce a Zane Grey, o un boxeador malagueño, un muñeco roto cuya foto encuentra en un libro usado de Ignacio Aldecoa: el padre del relato español contemporáneo y autor de estupendas historias de boxeo; puede leerse como un homenaje), hay historias que ponen los pies en otro lado de la realidad, hay cuentos que están cubiertos por una leve y sugerente capa de polvo poético, hay un bellísimo relato de un emigrante (los otros, éstos, están presentes en más de una historia) que es un hábil orfebre de castillos de arena y que encuentra -bajo ella- el hermoso cuerpo de una mujer, que acaricia con la misma habilidad con que se lleva de calle los certámenes playeros. Hay otras narraciones que resultan algo más previsibles (el primero, desde luego) por esa tendencia a retorcer el cuello del relato en el último párrafo. Muestra una cierta debilidad por las frases hechas, parejas evidentes de sustantivo y adjetivo (hay "champán helado" y "champagne helado"). Pero en este libro hay, sobre todo, un escritor.

El escritor y periodista Guillermo Busutil (1961).JULIÁN ROJAS OCAÑA

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