Crítica:

De la violencia al terror

Se publican dos aportaciones decisivas al conocimiento de la violencia en la política.Una es una puesta al día del megaterrorismo global a la luz del 11-S; la otra, una reflexión sobre el fenómeno desde el punto de vista de la sociología política.

Tanto Fernando Reinares como Eduardo González Calleja se caracterizan por ser hombres discretos, alejados de la batalla de los medios y que presentan los resultados de sus trabajos al margen de cualquier enfoque de marketing. Sin embargo, desde ángulos muy diferentes, vienen realizando en los últimos años aportaciones decisivas al conocimiento de ese tema cada vez más actual que es el papel de la violencia en la política. Ahora nos llegan dos de sus libros de forma casi simultánea. Después del magnífico Patriotas de la muerte, Reinares nos ofrece un estado de la cuestión en torno...

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Tanto Fernando Reinares como Eduardo González Calleja se caracterizan por ser hombres discretos, alejados de la batalla de los medios y que presentan los resultados de sus trabajos al margen de cualquier enfoque de marketing. Sin embargo, desde ángulos muy diferentes, vienen realizando en los últimos años aportaciones decisivas al conocimiento de ese tema cada vez más actual que es el papel de la violencia en la política. Ahora nos llegan dos de sus libros de forma casi simultánea. Después del magnífico Patriotas de la muerte, Reinares nos ofrece un estado de la cuestión en torno al tema del megaterrorismo. Por su parte, González Calleja culmina una trayectoria que se iniciara en el estudio histórico de la violencia en la España contemporánea y que desemboca, fruto de una creciente preocupación teórica, en una reflexión de conjunto en torno al análisis de la violencia social y política en la que predomina el tratamiento desde el ángulo de la sociología política. No está lejano tampoco su utilísimo Políticas del miedo (Biblioteca Nueva, 2002), recopilación de estudios sobre el fenómeno terrorista. La utilidad vuelve a ser el principal valor en La violencia en la política.

TERRORISMO GLOBAL

Fernando Reinares

Taurus. Madrid, 2003

180 páginas. 17,50 euros

LA VIOLENCIA EN LA POLÍTICA

Eduardo González Calleja

CSIC. Madrid, 2003

630 páginas. 36,54 euros

González Calleja ha realizado un enorme esfuerzo de sistematización, a partir de una amplísima bibliografía, para aprehender su tema de estudio, considerando acertadamente que sobre el mismo prevalecía la yuxtaposición de metodologías y que resultaba preciso buscar una síntesis en que las mismas fueran articuladas y evaluadas. Elección racional y acción colectiva son las claves utilizadas para adentrarse en ese intento de teoría general, donde el autor insiste en rechazar la consideración de la violencia como una patología social.Proporciona, consecuentemente, una serie de filtros destinados a lograr un tipo de comprensión más allá del relato de los acontecimientos, y para ello se vale de su amplio conocimiento del tema como historiador. El interrogante es si a pesar de ese soporte el papel del contexto y el análisis de contenido del movimiento social, así como de su inspiración ideológica, no resultan subestimados. Pueden ser incluidos en el capítulo de los recursos disponibles, pero es que con demasiada frecuencia constituyen el núcleo explicativo.

Encontramos una respuesta en el libro de Reinares sobre el terrorismo global. El análisis del doble marco, de la globalización y de la pléyade de movimientos contestatarios que surgen en su seno, constituye la premisa de un tratamiento específico del proyecto y de la organización terrorista de Al Qaeda, que permite entender tanto sus raíces como la forma que asume su práctica terrorista protagonizada por minorías activas inspiradas en una determinada visión del islam. De nuevo el contexto interviene a la hora de formular unas hipótesis acerca de la posible evolución de un megaterrorismo susceptible de producir efectos apocalípticos. El espléndido resumen que nos proporciona Reinares muestra que igual que sucediera el 11-S el potencial de terror en la realidad puede superar a la ficción. Aquí no valen héroes al servicio del bien, sino políticas racionales preventivas para impedir un happy end.

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