Reportaje:CRISIS EN EL AYUNTAMIENTO DE MARBELLA

La ciudad estupefacta

"Compramos una casita aquí y espero que no se paralicen las obras", dice Ana García LozanoLos vecinos de Marbella contemplan, entre sorprendidos e indignados, el juego de traiciones de sus representantes públicos

Incertidumbre, vergüenza pero sobre todo confusión. La moción de censura contra el alcalde, Julián Muñoz, que presentaron hace una semana ocho ex concejales del GIL, tres del PSOE (otros dos se salieron del pacto) y tres del Partido Andalucista ha provocado en la población una mezcla de rabia y decepción. Lo cierto es que el pacto suscrito por Isabel García Marcos y Carlos Fernández con los ediles de su otrora enemigo, Jesús Gil, ha pillado por sorpresa a una población acostumbrada en los últimos años a sobresaltos de todo tipo. "Estamos estupefactos", sintetiza uno de los vecinos que más ha c...

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Incertidumbre, vergüenza pero sobre todo confusión. La moción de censura contra el alcalde, Julián Muñoz, que presentaron hace una semana ocho ex concejales del GIL, tres del PSOE (otros dos se salieron del pacto) y tres del Partido Andalucista ha provocado en la población una mezcla de rabia y decepción. Lo cierto es que el pacto suscrito por Isabel García Marcos y Carlos Fernández con los ediles de su otrora enemigo, Jesús Gil, ha pillado por sorpresa a una población acostumbrada en los últimos años a sobresaltos de todo tipo. "Estamos estupefactos", sintetiza uno de los vecinos que más ha combatido contra la política urbanística de Gil.

El acuerdo a tres bandas es difícil de digerir tanto para los votantes socialistas y andalucistas, como para los que apoyaron al GIL, entre los que ha creado además un estado un tanto esquizoide. Un ejemplo es María Moreno, una mujer que se ha caracterizado en los últimos 12 años por su apoyo devoto en los plenos a Gil y luego a Muñoz, por el que se ha decantado finalmente. "Este hombre no se merece esto. Yo siempre les he apoyado a los dos", dice María, que rehúsa sin embargo pronunciarse sobre la intervención de Gil y Gil en la moción de censura.

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Otros tienen menos pelos en la lengua, eso sí, siempre que no se ponga sus nombres o que no salgan en la foto. Porque si hay un denominador común en Marbella desde la llegada del GIL es precisamente el miedo a pronunciarse libre y, sobre todo, visiblemente. Lo único que se saca en claro cuando se pregunta a la gente es que "todos tienen muy poca vergüenza, y son unos granujas". Los únicos que se libran de estos calificativos por el momento son los concejales del Partido Popular, que no han apoyado el pacto contra Muñoz. "Si hay elecciones seguro que gana el PP, que está recogiendo votos por días", dice María Martínez.

Los ciudadanos hacen cábalas sobre lo que ocurrirá en los próximos cinco días, fecha en que se votará la moción, que según la mayoría no prosperará. "Que le quiten la moción de censura. Yo estoy con Julián Muñoz hasta la muerte, porque Gil es un sinvergüenza", señala Inmaculada Vilchez. Casi nadie apoya abiertamente la moción. Y hay quien lamenta que Marbella vuelva a estar en el ojo del huracán. "Los perjudicados somos los ciudadanos que vivimos aquí. Esto no puede conducir a nada bueno", dice un vecino que, como la gran mayoría, prefiere no dar su nombre.

Crisis 'rosa'

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La crisis ha irrumpido con fuerza en las galas del verano, donde las preguntas sobre la moción de censura sustituyen a las ya clásicas de noviazgos, hijos o infidelidades. A esto hay que sumar que varios de los protagonistas de la prensa rosa se encuentran directamente afectados por la votación del día 13. Es el caso de Pitita Ridruejo. Su yerno, Rafael Calleja, es uno de los concejales díscolos que han apoyado el pacto, con lo que su futuro depende del resultado del acuerdo. "No soy quien para juzgar la situación actual, me interesa muchísimo como es lógico, pero espero que lo que se decida sea lo mejor para Marbella y que mi familia no se vea afectada", dice Pitita.

"Confío en que la situación política se solucione. Hemos comprado una casita aquí y espero que no se paralicen las obras", añade Ana García Lozano, sobrina de Manolo Escobar y presentadora de TV. Otros habituales de la costa como Gunilla Bismark, Norma Duval y Raúl Sender eluden pronunciarse sobre el acuerdo. "Me encanta Marbella pero la política no me encanta", "no tengo idea" o "no voy a opinar sobre eso", responden. Luis Ortíz, pareja de Gunilla, sí opina: "Que se quite toda esta basura y que se vayan todos". Puestos a elegir Ortiz prefiere a Muñoz. "Le ha votado el pueblo y ahora lo quieren echar con una maniobra, feo", apostilla.

Opinión de los vecinos

Yolanda Gircyte - Traductora, 30 años

Estaba claro que uno (Jesús Gil) no podía estar con el otro (Julián Muñoz). Y además, quien va a conocer a este pobre hombre sino es por la señora Pantoja. Todos son unos sinvergüenzas.

Hugo Avellaneda - Joyero, 36 años

Esto es una fiesta, un folclore. Es parte del folclore de Marbella. Es que la gente le mete mucha manteca a la caja.

Liliana Pérez - Hostelera, 35 años

Me encanta Marbella. Estoy muy de acuerdo con la moción de censura. A Julián Muñoz se le ha juntado todo. Una cosa es una vida privada y otra, en lo que se trabaja. No lo sabe llevar.

Gonzalo Tenllado - Farmacéutico, 33 años

Considero justificada la moción. Se va a producir un caos a nivel general. No se sabe que pasará con el PGOU. Muñoz dice que accederá a las demandas de la Junta. Pero los otros tienen razón: mucha gente vive de la construcción y si se corta, no sé que pasará.

Johanmar Nicols - Estudiante, 20 años

Se ha perdido el respeto, y eso es lo que importa. Ya sabemos que a Marbella vienen los famosos, pero se ha montado un circo. No es normal que abarque todas las noticias, cuando hay cosas mucho más importantes que acontecen.

Jesús Borrego- Empleado municipal

Lo que han hecho en dos meses al alcalde Julián Muñoz no hay derecho, de verdad. Si esto es un país democrático, que venga Dios y lo vea. Hay que ver lo que ha hecho en dos meses esta tránsfuga del PSOE, Isabel García Marcos.

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