Empleo inestable
El último informe trimestral del Banco de España apunta a uno de los problemas más serios que sufre la economía española, que es precisamente la elevada tasa de temporalidad en el empleo. Es cierto que el crecimiento económico español duplica el crecimiento medio de la Unión Europea y que en el tercer trimestre de este año, según los cálculos del Banco de España, el PIB está creciendo a tasas del 2,2%. Pero el informe de la institución deja entrever su más que evidente inquietud por la inestabilidad del empleo derivada de la elevada tasa de temporalidad; inestabilidad -acrecentada por el eleva...
El último informe trimestral del Banco de España apunta a uno de los problemas más serios que sufre la economía española, que es precisamente la elevada tasa de temporalidad en el empleo. Es cierto que el crecimiento económico español duplica el crecimiento medio de la Unión Europea y que en el tercer trimestre de este año, según los cálculos del Banco de España, el PIB está creciendo a tasas del 2,2%. Pero el informe de la institución deja entrever su más que evidente inquietud por la inestabilidad del empleo derivada de la elevada tasa de temporalidad; inestabilidad -acrecentada por el elevado endeudamiento de las familias, que la autoridad monetaria española sigue denunciando aunque detecte una leve mejora, acaso imperceptible- que puede tener consecuencias graves para el conjunto de la economía, y para el sector financiero en particular, cuando la economía se desacelere.
Los temores del Banco de España no constituyen una novedad. La Unión Europea ya advirtió de la elevada tasa de temporalidad del mercado laboral español (31% de la población ocupada, frente al 13% de media en la UE). Los datos de paro del INEM correspondiente al mes de julio muestran un descenso mensual del paro en 27.177 personas, un descenso que infunde optimismo, pero que queda considerablemente matizado si se calcula en términos anuales, porque entre julio de 2002 y julio de este año el desempleo ha crecido en 25.000 personas. Pero es que además las cuentas del INEM revelan que aproximadamente el 92% de los nuevos contratos son temporales.
Este reverso del crecimiento debería ser motivo de reflexión para las autoridades económicas, en lugar de arrinconarlo en la letra pequeña de las explicaciones oficiales o, lo que es más común, simplemente silenciarlo. Ya no es de recibo estimar la calidad o el alcance del crecimiento económico de un país con la base única de los grandes indicadores macroeconómicos; es en detalles como la productividad, la estabilidad del empleo o la inversión en formación intelectual y laboral donde se establecen las diferencias económicas para el presente y el futuro. En esta asignatura el Gobierno se ha matriculado con mucho retraso.