Columna

Movedizas

Ha dicho muy pomposamente Javier Arenas, secretario general del Partido Popular, que los socialistas hablan de Irak para distraer la atención sobre los problemas internos que tiene el PSOE. Días antes, el portavoz de Exteriores del mismo PP, Gustavo de Arístegui, afirmó en el Congreso de los Diputados que la decisión del Gobierno de acudir con Bush y Blair a invadir Irak estaba apoyada por las evidencias (muchas obtenidas de la prensa) de que Sadam era un peligro letal.

Lo que han dicho Arístegui y Arenas tiene como objetivo amparar a José María Aznar, presidente del Gobierno del PP, qu...

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Ha dicho muy pomposamente Javier Arenas, secretario general del Partido Popular, que los socialistas hablan de Irak para distraer la atención sobre los problemas internos que tiene el PSOE. Días antes, el portavoz de Exteriores del mismo PP, Gustavo de Arístegui, afirmó en el Congreso de los Diputados que la decisión del Gobierno de acudir con Bush y Blair a invadir Irak estaba apoyada por las evidencias (muchas obtenidas de la prensa) de que Sadam era un peligro letal.

Lo que han dicho Arístegui y Arenas tiene como objetivo amparar a José María Aznar, presidente del Gobierno del PP, que así no se siente obligado a ir al Parlamento a pedir perdón por haber encendido las mentiras que había detrás de la decisión norteamericana de invadir Irak en busca de las armas letales que, según todos sus indicios -que él amplificó-, estaban en poder de Sadam.

Montados en esa convicción mentirosa, Bush declaró la guerra, Blair la apoyó y Aznar se sumó a ellos en una célebre fotografía, tomada en Azores,mucho más importante y duradera que aquella en la que el español y el norteamericano ponían sus zapatos sobre una mesa en Canadá.

A Bush le ha tocado explicarse, porque mintió, y lo hizo en contra de la opinión de sus servicios secretos, a los que enfangó; e ir en contra de la verdad en EE UU suele tener costes altísimos, como bien supo, por ejemplo, Richard Nixon. Blair está pasando un gravísimo calvario en su país, porque no sólo su Gobierno exageró también las informaciones científicas sobre la supuesta amenaza iraquí, sino que un microbiólogo, el doctor Kelly, que denunció el maquillaje de la verdad, duerme ahora el sueño definitivo, aparentemente muerto por su propia mano.

Como es natural, no se habla de otra cosa ni en EE UU ni en el Reino Unido, donde las mentiras para sustentar la guerra están haciendo temblar a dos Administraciones que hasta hace unos meses tenían un prestigio sólido. ¿Y en España, donde también se mintió para explicar la guerra y para apoyarla? ¿No ha de pasar nada en España? Ah, España, cómo soporta la mentira, con qué resignación cristiana. Los socialistas hablan de eso porque son intrínsecamente débiles. Qué importa Irak en España. Arenas tiene razón. Estos socialistas empeñados en ir en contra de los telediarios.

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