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Consecuencias laborales de la ampliación

El Ministerio de Trabajo reconoce el riesgo de que las empresas trasladen producción a los nuevos países de la UE

A menos de un año de que se formalice la mayor ampliación de la historia de la Unión Europea, prevista para mayo de 2004, el Ministerio de Trabajo no tiene ningún estudio del impacto de este proceso sobre el mercado laboral español. Pese a reconocer el riesgo de que algunas empresas trasladen procesos productivos a los 10 nuevos países, predomina el optimismo. Distintas estimaciones calculan que entre 120.000 y 350.000 trabajadores dejarán esos países cada año para establecerse en los actuales miembros de la UE.

Lo ratificó Ángel Allúe-Buiza, inspector de Trabajo y Seguridad Social y ex...

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A menos de un año de que se formalice la mayor ampliación de la historia de la Unión Europea, prevista para mayo de 2004, el Ministerio de Trabajo no tiene ningún estudio del impacto de este proceso sobre el mercado laboral español. Pese a reconocer el riesgo de que algunas empresas trasladen procesos productivos a los 10 nuevos países, predomina el optimismo. Distintas estimaciones calculan que entre 120.000 y 350.000 trabajadores dejarán esos países cada año para establecerse en los actuales miembros de la UE.

Un estudio de la Comisión Europea calcula en 120.000 el número de trabajadores que cambiarán de país tras integrarse en la UE

Lo ratificó Ángel Allúe-Buiza, inspector de Trabajo y Seguridad Social y experto en políticas de empleo de la UE, quien en su intervención lamentó la inexistencia de algún informe sobre las implicaciones que pueda traer esta quinta ampliación en materia de trabajo, empleo y relaciones laborales. La secretaria confederal de Empleo de CC OO, Dolores Liceras, recordó por su parte que tanto su sindicato como UGT ya han reclamado que se redacte dicho estudio en el marco del Consejo Económico y Social (CES), que ha coordinado la organización de este seminario.

El encuentro puso de relieve ciertos riesgos. Según Francisco Utrera, secretario general de Comercio Exterior del Ministerio de Economía, la macroampliación puede tener efectos sobre varios sectores "expuestos al desvío de inversiones y a la competencia de los nuevos países, como el textil y el de tecnología no intensiva, en especial los subsectores de componentes de automoción, electrónica y equipos de oficina".

Utrera prefirió hablar de "internacionalización de actividades productivas" más que de deslocalización, ya que, globalmente entendido, en su opinión es un proceso necesario y beneficioso para las empresas, que va más allá del aprovechamiento de ventajas fiscales o de menores costes laborales, ámbito en el que destacó la favorable posición de Eslovenia. Como ejemplo de una buena práctica en la decisión de segregar procesos productivos en la cadena de una empresa, mencionó "la presencia de determinadas materias primas cercanas a los centros de producción".

Mano de obra extranjera

Otro factor de preocupación entre los presentes en este seminario fue el de las facilidades para la entrada en España de mano de obra procedente de los países de la ampliación. Sin embargo, Emmanuel Julien, representante de la patronal Unión de Confederaciones Industriales y Empresariales de Europa (Unice en sus siglas en inglés), garantizó que "no habrá avalancha".

Para avalar su certeza esgrimió un estudio de la Dirección General de Empleo de la Comisión Europea, realizado en 2001. En él se cifra en unos 120.000 el aumento del número de trabajadores de los nuevos países que se desplazarán anualmente hacia los 15 tras la apertura de fronteras. La mayoría de ellos se dirigirán a Alemania y Austria, los países fronterizos, y en menor medida a Suecia.

Dolores Liceras contrapuso la existencia de otras prospecciones que elevan esta cifra hasta los 350.000 trabajadores. Sin embargo, apuntó, España sólo absorbería el 1% de esa cantidad, que en todo caso será de mano de obra "muy fluctuante, de ida y vuelta", es decir, trabajadores de temporada.

Tras reconocer que "esta ampliación es la que mayores incertidumbres genera entre trabajadores y empresarios", Carmen de Miguel quiso tranquilizar a los agentes sociales. La secretaria de Empleo aseguró no temer a que algunas empresas extranjeras puedan optar por desplazar parte de sus procesos de producción desde nuestro país hacia los nuevos miembros de la UE, con el gancho de los menores costes laborales.

Oportunidad de inversión

"Nuestro país va a seguir siendo atractivo para las inversiones extranjeras", declaró con seguridad la responsable del Ministerio de Trabajo, al tiempo que llamaba la atención sobre el proceso inverso: "la oportunidad que se abre a las compañías españolas para proseguir en su proceso de internacionalización", conquistando mercados en el nuevo escenario de la UE, al que los diez miembros que ingresen en mayo de 2004 aportarán 75 millones de potenciales consumidores.

Planta de Seat en Martorell, Barcelona. La producción de coches está afectada por la deslocalización.EFE

¿Se romperá el modelo europeo de relaciones laborales?

Uno de los debates más caldeados del seminario fue el de una posible ruptura del actual modelo de negociación colectiva europea. Según Ángel Allúe-Buiza, con la entrada de los 10 nuevos países -todos ellos, salvo Chipre y Malta, provenientes de la antigua órbita soviética- todo apunta a que vaya ganando terreno una metodología de relación laboral mucho menos estructurada que la impulsada por la tradición del Estado social europeo. Dicho de otro modo, es previsible que se imponga el modelo anglosajón, más atomizado, menos sectorial y con menor peso sindical. La preocupación por este nuevo sesgo llevó a Dolores Liceras a preguntarse si la ampliación no servirá de excusa para cambiar dicho modelo europeo de relaciones laborales.

Desde la patronal Unice, Emmanuel Julien abundó en esta problemática al poner de relieve la escasa articulación de las asociaciones empresariales en los países del Este que entrarán en la UE.

Según su análisis, entre los factores que provocan esta circunstancia se encuentra precisamente la preferencia de dichas naciones por el modelo angloamericano, poco proclive a la negociación colectiva de los convenios de manera regulada, y menos aún por sectores de actividad.

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