Tribuna:

San Sebastián y el 'Pacto de Ciudad'

Las elecciones de mayo han vuelto a reflejar el pluralismo de los donostiarras, así como la complejidad para desarrollar políticas de alianzas que impulsen el desarrollo de nuestra ciudad, lo que me obliga a resolver los temas fundamentales que preocupan a la ciudadanía desde la búsqueda de acuerdos, por encima de intereses partidistas.

Los donostiarras han votado sin atender a los discursos frentistas, contra las políticas excluyentes y a favor de acuerdos entre los partidos en clave de progreso. La candidatura del PSE-EE obtuvo en San Sebastián el 35,60% de los votos, la coalición PNV...

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Las elecciones de mayo han vuelto a reflejar el pluralismo de los donostiarras, así como la complejidad para desarrollar políticas de alianzas que impulsen el desarrollo de nuestra ciudad, lo que me obliga a resolver los temas fundamentales que preocupan a la ciudadanía desde la búsqueda de acuerdos, por encima de intereses partidistas.

Los donostiarras han votado sin atender a los discursos frentistas, contra las políticas excluyentes y a favor de acuerdos entre los partidos en clave de progreso. La candidatura del PSE-EE obtuvo en San Sebastián el 35,60% de los votos, la coalición PNV-EA el 29,73 %, el PP el 23,76 % e IU el 5,23%. Por tanto, no seré yo quien convierta el Ayuntamiento en un foro para la defensa de proyectos y planes que exceden el marco propio municipal, reproduciendo debates crispados que ya se dan en otras instituciones e instancias. Aceptando esta realidad, el pasado 23 de junio ofrecí al conjunto de los grupos municipales un Pacto de Ciudad, con 11 iniciativas para que la vida municipal esté basada en un compromiso colectivo que signifique una forma diferente de hacer política. Los objetivos de este Pacto de Ciudad son: abordar con las garantías que permiten los acuerdos amplios el grave problema de la vivienda, las grandes inversiones en infraestructuras, la colaboración interinstitucional y los equipamientos que precisan todos los barrios; garantizar el pluralismo político; favorecer una gestión transparente del Ayuntamiento y crear nuevos cauces de participación ciudadana.

No seré yo quien convierta el Ayuntamiento en un foro para defender planes y proyectos que exceden el marco propio municipal
Hay que huir de posiciones que sólo dificultan nuestra cohesión social, perjudican el pluralismo y frenan el autogobierno

La palabra la tienen ahora los portavoces, porque del mismo modo que desde la Alcaldía hay una clara intención de no excluir a nadie en la adopción de las grandes decisiones, es deseable que los grupos municipales desempeñen un papel constructivo y leal con los intereses de la ciudad. Las 11 iniciativas aparecen vinculadas a la idea de profundizar la democracia municipal, con la intención de aumentar la confianza de los ciudadanos en la política. Así, en primer lugar, hemos pactado las reglas básicas del funcionamiento del Ayuntamiento, como son las oficinas para los grupos, el personal de apoyo, la representación en los organismos municipales y las retribuciones de los concejales, con subidas del 3,6% para el alcalde y 105% para los portavoces de la oposición. Por cierto que me parece imprescindible aprobar un código ético que regule el desempeño de nuestras funciones. Se ha garantizado la presencia de todos los grupos en organismos y sociedades. Actitud diferente a otras Instituciones como el Ayuntamiento de Bilbao, donde la oposición ha sido relegada y el Gobierno municipal ha acaparado toda la representación en las sociedades. Yo siempre he defendido la proporcionalidad, para que todos los grupos participen y puedan controlar.

Así mismo, se ha iniciado el proceso para la elaboración de los Presupuestos participativos para el año 2004, con una reunión en el pleno municipal con las entidades y colectivos ciudadanos representativos, en una experiencia que supone el compromiso de incorporar a esos presupuestos 30 propuestas consensuadas entre técnicos, entidades ciudadanas y concejales, y a priorizar en el mes de septiembre.

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El documento de esta Alcaldía titulado Declaración Cívica a favor del respeto a la vida, el pluralismo, la libertad, los derechos humanos y la convivencia en paz está entregado a los portavoces, que deberán modificar o dar su acuerdo. Esta declaración es, a mi juicio, esencial para el entendimiento, puesto que difícilmente podemos alcanzar otro tipo de acuerdos si no hay unidad de criterio sobre estas cuestiones básicas para vida de todos los donostiarras.

Quedan pendientes de acordar temas como la elaboración, aprobación y aplicación consensuada de seis grandes instrumentos de refundación y fortalecimiento de la ciudad para los próximos años: Plan Estratégico, Plan de Calidad Turística, Plan Director Cultural, Agenda 21 Local, Revisión del Plan General de Ordenación Urbana y Plan de Accesibilidad. A lo anterior se añaden otros compromisos de la alcaldía para la gobernabilidad de la ciudad: abrir las reuniones del Gobierno a los partidos que participen en pactos presupuestarios; ofrecer delegaciones de alcaldía a todos los grupos municipales; celebrar debates monográficos en plenos de carácter extraordinario sobre el estado de la ciudad y los grandes problemas sectoriales (vivienda, desarrollo económico, movilidad, etc...).

Todo ello conforma el Pacto de Ciudad que defiendo para San Sebastián. Porque, por encima de tanta disputa y descalificaciones, tenemos la obligación de responder colectivamente a las necesidades de una ciudadanía a la que no podemos defraudar: la política, los políticos, están pasando por una fase grave de descrédito. Y para superarla, para regenerar la vida política, no hay medida más importante que trabajar en la búsqueda de soluciones consensuadas a sus inquietudes y problemas. Deseo que este proceso abierto tenga un final feliz. En todo caso voy a poner mi empeño en que así sea, por el bien de todos los donostiarras. Y para que algo cambie en las relaciones entre partidos en Euskadi, haciendo pedagogía, huyendo de posiciones que sólo dificultan nuestra cohesión social, perjudican el pluralismo y nuestra identidad cultural, y frenan el autogobierno en paz.

Odón Elorza es alcalde de Donostia-San Sebastián.

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