Más presos que vecinos

Una prisión de 1.008 celdas en un pueblo de 1.200 habitantes. Estremera es el último pueblo al sureste de Madrid, en los límites con Guadalajara. A la entrada, hay un parque flanqueado por grupos de jubilados que reciben con mirada extrañada a los visitantes. Ayer, una sorpresa deshizo el letargo habitual: el Ministerio del Interior construirá un centro penitenciario en el municipio.

La subdelegada del Ministerio, María Dolores de Cospedal, y el alcalde de Estremera, José Carlos Villalvilla (PP), firmaron ayer el convenio para construir en el término municipal un centro penitenciario ...

Una prisión de 1.008 celdas en un pueblo de 1.200 habitantes. Estremera es el último pueblo al sureste de Madrid, en los límites con Guadalajara. A la entrada, hay un parque flanqueado por grupos de jubilados que reciben con mirada extrañada a los visitantes. Ayer, una sorpresa deshizo el letargo habitual: el Ministerio del Interior construirá un centro penitenciario en el municipio.

La subdelegada del Ministerio, María Dolores de Cospedal, y el alcalde de Estremera, José Carlos Villalvilla (PP), firmaron ayer el convenio para construir en el término municipal un centro penitenciario tipo, es decir, con una estructura de módulos alrededor de una torre central. Tendrá 1.008 celdas, con lo que podrá acoger a más de 2.000 reclusos. La inversión será de 50 millones de euros y la obra durará dos años. "Su comienzo es inminente", según el alcalde, aunque el ministerio aún no ha elegido una ubicación concreta.

Por la mañana los vecinos no sabían nada. Su reacción: de sorpresa, primero, y de resignación, después. "En algún sitio tendrán que ponerla", comentó Pedro, un hombre que ha pasado en Estremera sus 82 años de vida. La mayoría de los vecinos, dedicados principalmente a la agricultura, la construcción y el transporte por carretera, piensa que este proyecto puede ser beneficioso. "Supongo que creará puestos de trabajo". Rafael también ha vivido en la localidad toda su vida, 63 años.

Rosa, malagueña que lleva siete años viviendo en el municipio, cree que la cárcel puede darle "algo de vida al pueblo, que buena falta le hace". En Estremera hay poca actividad. Aunque en verano se duplica la población, se ven pocos chavales por las calles de casas bajas, como mucho de hasta cuatro pisos. Hay unos 100 niños escolarizados en el único colegio de secundaria del pueblo.

Aunque los vecinos, en general, ven con buenos ojos la nueva construcción, también hay recelos. Rosa tiene dos hijas: "La pequeña de diez años. Andan solas para arriba y para abajo. Si los reclusos empiezan a salir los fines de semana y se quedan por aquí, me da un poco de miedo".

José Carlos Villalvilla afirma que el nuevo complejo penitenciario se puede considerar "casi como otro barrio dentro del pueblo". Está convencido de que va a ser muy beneficioso para todos, puesto que podrán aprovechar las instalaciones del centro, entre otras, un gimnasio, una piscina y una pista polideportiva. El alcalde ya habla de una liguilla entre reclusos y vecinos. "Sí, hombre, ¿vamos a poder ir a utilizar la piscina?", a Rosa le sorprendió mucho la afirmación del regidor local.

Villalvilla está convencido de que los estremeros están contentos con el proyecto. En general, parece cierto, pero no explica cómo ha llegado a esa conclusión, ya que pocas horas antes de la firma del convenio casi nadie tenía noticia de ello.

El portavoz de la oposición socialista en el municipio, Ángel Morán, declaró ayer que también desconocía el proyecto hasta ese momento. "Es muy grave. No se ha hecho ningún estudio ni se ha consultado a los vecinos", afirmó. El PSOE pedirá un pleno extraordinario para que el alcalde les explique en qué consiste el convenio con el ministerio. "Los vecinos recibirán muy pronto una información completa y detallada", declaró el regidor.