José Ibarrola despide su instalación provisional frente al Guggenheim

Las figuras humanas de chapa de vivos colores que contemplan el Guggenheim desde ambos lados del puente de Deusto dejarán de hacerlo en otoño. Fueron instaladas provisionalemente en 1997 por el artista José Ibarrola sobre las marquesinas de la estación de Renfe Bilbao-Parke. La terminal será desmantelada dentro del plan Bilbao Ría 2000. Las esculturas, sin embargo, aún no tienen destino.

Desde los techos de la estación de tren de Bilbao-Parke, 11 esculturas de colores han contemplado durante seis años el Museo Guggenheim. Su creador, José Ibarrola, las concibió como "ciudadanos que mira...

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Las figuras humanas de chapa de vivos colores que contemplan el Guggenheim desde ambos lados del puente de Deusto dejarán de hacerlo en otoño. Fueron instaladas provisionalemente en 1997 por el artista José Ibarrola sobre las marquesinas de la estación de Renfe Bilbao-Parke. La terminal será desmantelada dentro del plan Bilbao Ría 2000. Las esculturas, sin embargo, aún no tienen destino.

Desde los techos de la estación de tren de Bilbao-Parke, 11 esculturas de colores han contemplado durante seis años el Museo Guggenheim. Su creador, José Ibarrola, las concibió como "ciudadanos que miran hacia el faro del Museo que proyecta sombras de colores". El próximo otoño desaparecerán con la estación a la que acompañan ante el empuje del nuevo Bilbao. Fueron instaladas como una "bienvenida al museo" en un momento de efervescencia cultural en la ciudad. "Los ciudadanos asistían a sorprendentes cambios casi cada día", recuerda el artista.

Ibarrola las despidió ayer sin asomo de nostalgia y con bastante orgullo. "Nació como una instalación que iba a permanecer uno o dos meses", explicó. "Esa provisionalidad hizo que en lugar de acero corten usase chapa, un material más fungible". A pesar de eso, han aguantado seis años.

Su futuro aún no está claro. La intención de Renfe, expresada ayer por un portavoz, es alargar su vida en otra ubicación sin determinar. Éste no sería el primer cambio que sufre un conjunto que ha variado su distribución en más de una ocasión. Esto, lejos de contrariar a Ibarrola, encaja con el modo en que entiende el arte contemporáneo. "Para mí, eso significa que han estado muy vivas".

La estación fue construida en 1888 y ha servido de unión del centro de Bilbao con los pueblos de la Margen Izquierda. Ahora, debe dejar paso a la ampliación del Parque de Doña Casilda y al complejo de Abando Ibarra diseñado para la ribera del Nervión.

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