OPINIÓN DEL LECTOR

Desesperación

En el día de hoy he tenido el placer, o tal vez la suerte, de visitar la Oficina de Desesperación del Ciudadano de la Junta Municipal de Chamartín.

Perdón, la Oficina de Atención al Ciudadano. A las 12.36 he cogido el número C053 para Registro. En ese momento se había atendido al C037; después de 30 minutos de espera, seguimos en el C037. Por supuesto, la ventanilla que atendió al C037 tenía el rótulo Registro...C037, pero la persona que presuntamente lo atendía estaba ausente. Tras 30 minutos de espera he decidido preguntar por qué no se avanzaba, máxime teniendo en cuenta que a...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En el día de hoy he tenido el placer, o tal vez la suerte, de visitar la Oficina de Desesperación del Ciudadano de la Junta Municipal de Chamartín.

Perdón, la Oficina de Atención al Ciudadano. A las 12.36 he cogido el número C053 para Registro. En ese momento se había atendido al C037; después de 30 minutos de espera, seguimos en el C037. Por supuesto, la ventanilla que atendió al C037 tenía el rótulo Registro...C037, pero la persona que presuntamente lo atendía estaba ausente. Tras 30 minutos de espera he decidido preguntar por qué no se avanzaba, máxime teniendo en cuenta que algunas personas manifestaban llevar allí desde las 11.30.

Me sugiere muy amablemente una policía municipal que suba a la segunda planta. Subo a la citada planta y, tras preguntar a un conserje, que no debía de tener muy claro quién era el jefe de aquel desaguisado, me manda a un despacho, donde cinco señoritas charlan animadamente; ante mi requerimiento ponen cara de búho, y digo esto porque se fijan mucho pero hablan poco.

Nadie me dice nada, nadie sabe quién es el responsable. Sólo vagas respuestas, por supuesto corporativistas: "Estarán ocupados", "atenderán a otras personas", etcétera, etcétera.

Pero soluciones, ninguna. A ver si con el señor Ruiz-Gallardón tenemos más suerte, porque lo que es a la sombra del manzano han crecido malas... actitudes. Claro que, probablemente, la culpa sea de don Enrique Tierno (q.e.p.d.).

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En