Ronaldo deja a punto su primera Liga

El Madrid no dio tregua en su paseo por el Calderón y se sacudió de encima al Atlético como el que espanta un mosquito. En poco más de cinco minutos, Ronaldo reventó el derby. Poco después, Raúl enfiló la victoria madridista y antes de la media hora de nuevo el brasileño abrió un boquete sideral para el equipo de Luis Aragonés, entregado como nunca ante su irreconciliable vecino. Entre medias, Mostovoi le hizo una trastada a la Real y el título se tiñó de blanco. En paralelo, mientras el Madrid gozaba en su idílica y sosegada excursión al Manzanares, a los donostiarras se les encendiero...

El Madrid no dio tregua en su paseo por el Calderón y se sacudió de encima al Atlético como el que espanta un mosquito. En poco más de cinco minutos, Ronaldo reventó el derby. Poco después, Raúl enfiló la victoria madridista y antes de la media hora de nuevo el brasileño abrió un boquete sideral para el equipo de Luis Aragonés, entregado como nunca ante su irreconciliable vecino. Entre medias, Mostovoi le hizo una trastada a la Real y el título se tiñó de blanco. En paralelo, mientras el Madrid gozaba en su idílica y sosegada excursión al Manzanares, a los donostiarras se les encendieron todas las alarmas. No sólo por el gol en contra: antes de cerrarse el primer tiempo, Kovacevic, ayer más necesario que nunca, se lastimó un tobillo y se tuvo que refugiar en la enfermería. En la retina de la hinchada realista reapareció de inmediato el fatídico viaje al Sánchez Pizjuán de 1980. Mostovoi agrandó la herida con un segundo tanto, selló la primera incursión de la historia del Celta en la Liga de Campeones y dejó en bandeja a Ronaldo su primer título de Liga, lo que no consiguió en su etapa azulgrana ni en su tumultuoso periplo en el Inter.

A buen seguro que ni el brasileño ni sus compañeros habían soñado con una jornada de masaje como la que tuvieron en el Vicente Calderón. En un día tan señalado, el Atlético emitió sus peores señales, las que le han arrastrado durante todo el curso: un equipo débil, un banquillo desquiciado -como se reflejó una vez más ayer en la bronca de Luis con un espectador en mitad del partido- y una institución en plena catarsis. Y el Madrid, que tanto se jugaba, se lo hizo pagar con creces, incluso con un cuarto gol de Raúl. Una paliza que, sumada a la derrota final del equipo de Denoueix (3-2), deja a los de Del Bosque al borde del título. El próximo domingo, en la última jornada, una victoria ante el Athletic en Chamartín le auparía a lo alto del podio. La Real, que recibe al Atlético, debe cruzar los dedos y esperar que el Athletic al menos empate. Con el Valencia ya seguro en la UEFA, la otra plaza se la jugarán los vizcaínos y el Barça, que ganó en Mestalla. Si su equipo vence al Celta, que ya nada se jugará en el Camp Nou, Joan Laporta, elegido ayer presidente azulgrana, se estrenará en la UEFA si el Athletic no sorprende a Ronaldo y le birla su primera Liga.