Los sindicatos paralizan el sector público en Austria por la reforma de pensiones

El sector público y las plantillas de unas 400 empresas privadas de toda Austria interrumpieron su trabajo durante todo el día de ayer debido a la huelga convocada por la Confederación de Sindicatos Austriacos (ÖGB) para protestar contra el plan de reforma de la jubilación. Fue el tercer paro laboral en el último mes, después de casi medio siglo sin movilizaciones de este calibre. La protesta fue mayor que las del 6 y del 13 de mayo, pues dejó de funcionar el 86% del sector público, según fuentes del sindicato.

A casi 30 grados, muchos austriacos se tomaron el día de descanso y, a falta...

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El sector público y las plantillas de unas 400 empresas privadas de toda Austria interrumpieron su trabajo durante todo el día de ayer debido a la huelga convocada por la Confederación de Sindicatos Austriacos (ÖGB) para protestar contra el plan de reforma de la jubilación. Fue el tercer paro laboral en el último mes, después de casi medio siglo sin movilizaciones de este calibre. La protesta fue mayor que las del 6 y del 13 de mayo, pues dejó de funcionar el 86% del sector público, según fuentes del sindicato.

A casi 30 grados, muchos austriacos se tomaron el día de descanso y, a falta de transporte público, recurrieron a sus bicicletas. Sólo algunas calles en Viena y otras ciudades fueron bloqueadas por manifestantes. Permanecieron cerrados los museos, el correo, fábricas, oficinas, colegios, universidades, gran parte del cuerpo policial y los tribunales. Los puntos de la reforma de las pensiones que mayor discordia causan son la armonización de jubilaciones de funcionarios públicos con las de asalariados privados y la limitación de la jubilación temprana. En Austria, los hombres se retiran de media a los 59 años y las mujeres, a los 57.

"Si hubiese habido negociaciones no habría protestas de los trabajadores", indicó Fritz Verzetnitsch, el presidente de ÖGB, que cuenta con 1,4 millones de afiliados. Porque además de las discrepancias en torno a la jubilación, lo que causa indignación entre los sindicalistas es que se quiera llevar el plan al Parlamento sin su consentimiento, a diferencia del consenso y pacto obrero-patronal practicado en Austria en los últimos decenios, antes del vuelco político iniciado en 2000 por el ascenso al poder del ultraderechista Jörg Haider.

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