Tres atracadores asaltan una relojería del centro de Sevilla con una pistola falsa

Tres hombres disfrazados y ataviados con pelucas y que se comunicaban entre sí en una lengua difícil de precisar atracaron alrededor de la 11.30 horas de ayer la relojería El Cronómetro, en la calle Sierpes de Sevilla. Los asaltantes amedrentaron a los trabajadores del establecimiento con una pistola -que posteriormente se comprobó que era una réplica- y un cuchillo.

El suceso tuvo un gran impacto entre los que transitaban por Sierpes y las calles aledañas del centro sevillano ya que, tras llevarse lo que pudieron del histórico comercio, los asaltantes huyeron a la carrera tirando por l...

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Tres hombres disfrazados y ataviados con pelucas y que se comunicaban entre sí en una lengua difícil de precisar atracaron alrededor de la 11.30 horas de ayer la relojería El Cronómetro, en la calle Sierpes de Sevilla. Los asaltantes amedrentaron a los trabajadores del establecimiento con una pistola -que posteriormente se comprobó que era una réplica- y un cuchillo.

El suceso tuvo un gran impacto entre los que transitaban por Sierpes y las calles aledañas del centro sevillano ya que, tras llevarse lo que pudieron del histórico comercio, los asaltantes huyeron a la carrera tirando por las esquinas partes de su disfraz e incluso la pistola con la que habían amenazado a los trabajadores de la relojería.

La policía encontró poco después el arma en la calle Cuna. De un simple vistazo, se dieron cuenta de que se trataba de una réplica. Estas imitaciones casi exactas y cuyas salvas suenan idéntico al disparo de una bala se utilizan cada vez más en los atracos de este tipo ocurridos en los últimos meses en Sevilla. La razón es que cualquiera puede comprarlas en tiendas de deportes o similares, ya que la ley no contempla regulación alguna sobre su uso.

La información sobre el idioma que hablaban los atracadores fue dada por algunos testigos presenciales. Por el momento, la policía no cree que los asaltantes sean extranjeros y creen que bien se podría tratar de una maniobra de despiste por parte de los ladrones o que, fruto de la tensión, el testigo se confundió.

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