Desarticulada la red que montó el viaje de los inmigrantes muertos en la comisaría de Málaga

Los seis traficantes de personas guardaban en un pueblo de Toledo documentos de un fallecido

La policía ha desarticulado en dos pueblos de Toledo la red de tráfico de personas que supuestamente organizó el viaje hasta Málaga de 20 inmigrantes, siete de los cuales perecieron a causa del incendio provocado el 27 de diciembre en los calabozos de la comisaría de Málaga. La banda estaba compuesta por seis personas, todas naturales de las localidades marroquíes de Old Arif y Beni Mellal, que cobraban 6.500 euros por el servicio a los inmigrantes irregulares. Éstos fueron captados por otra banda, aún libre, y llevados en yate por otra red, dos de cuyos miembros provocaron el incendio ...

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La policía ha desarticulado en dos pueblos de Toledo la red de tráfico de personas que supuestamente organizó el viaje hasta Málaga de 20 inmigrantes, siete de los cuales perecieron a causa del incendio provocado el 27 de diciembre en los calabozos de la comisaría de Málaga. La banda estaba compuesta por seis personas, todas naturales de las localidades marroquíes de Old Arif y Beni Mellal, que cobraban 6.500 euros por el servicio a los inmigrantes irregulares. Éstos fueron captados por otra banda, aún libre, y llevados en yate por otra red, dos de cuyos miembros provocaron el incendio y perecieron en él.

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Las pesquisas de los agentes de Documentación y Extranjería comenzaron inmediatamente después del incendio en el que fallecieron los siete inmigrantes. Lo primero que se supo fue que dos de los fallecidos eran Ahmed Ahagan, apodado Patrick, Ajardán y El Rubio (con antecedentes por homicidio y otros delitos violentos), y su lugarteniente Mohamed Karim Ahag-Gan, alias Karim. Los supervivientes declararon que ambos habían patroneado el yate Marian, con el que el 23 de diciembre de 2002 los 20 irregulares habían zarpado de Ceuta rumbo a Puerto Banús (Marbella, Málaga), y que fueron quienes iniciaron el fuego para intentar huir del calabozo en mitad de la confusión y el humo.

La investigación se dirigió entonces a localizar al dueño del yate. Éste estaba a nombre de los españoles Chaquir Mohamed Larbi, preso entonces y ahora en Algeciras por tráfico de drogas, y Mohamed Mesaud Laarbi, residente en Ceuta. El primero había dado un poder notarial al segundo para el usufructo del barco, con posibilidad de compra. Antes del viaje fatídico, había hecho una revisión completa del barco el 16 de diciembre. Laarbi, que según la policía es miembro del clan ceutí Carahuevo y un consumado "pasador de inmigrantes", fue detenido el pasado 5 de mayo. El círculo de los traficantes parecía cerrado, pero las pesquisas llevaron a otras redes.

Redes entrelazadas

La operación, de hecho, ha demostrado la interrelación de las bandas de tráfico de personas, que han descubierto que transportar ilegalmente a inmigrantes hasta España es menos arriesgado penalmente y más lucrativo que traficar con hachís. Los encargados del transporte en yate eran miembros de una red, que había sido contratada por la desarticulada en Toledo, que, a su vez había hecho negocios con inmigrantes captados por una tercera banda. Y esta se había valido de los servicios de otra cuarta organización, que había facilitado pasaportes falsos a los extranjeros para entrar en Ceuta.

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El viaje aciago que acabó con siete muertos en Málaga empezó cuando los extranjeros fueron captados en Marruecos por un tal Abdelatif Arod. Éste los puso en contacto con un grupo liderado por una persona designada por los supervivientes como Ali Nadori (Alí el de Nador) o Sebtaoui, quien, según la policía, se encargó de facilitarles pasaportes falsos para cruzar la frontera de Ceuta, "trasladarles hasta un domicilio de seguridad" y llevarles desde esa casa "hasta unas rocas en Ceuta donde se subieron al yate Marian". Uno de los fallecidos, Mohamed Khmir estuvo en ese piso dos meses y pagó por todo 6.500 euros. Siempre estuvo vigilado por Ahmed Ahagan y otra persona llamada Shirif. Éste resultó ser un pasajero del yate Marian, que sobrevivió al incendio y luego fue retornado a Marruecos bajo la identidad de Musrafa Aserrat.

La red desarticulada en Toledo era una especie de agencia de viajes que ofrecía a los inmigrantes la entrada en España en patera o yate. Según la opción deseada, contrataba servicios con una u otra organización. El destino final era las localidades toledanas de Cobeja y Fuensalida (una zona de contratación de albañiles), donde se habían asentado seis miembros de la red, que opera con inmigrantes de las zonas de Old Arif y Beni Mellal.

La red estaba compuesta por Mohamed Farhani, de 31 años, supuesto jefe de la organización; Milouidi Farhani, de 29, hermano del anterior y "encargado de los traslados desde el sur de España hasta Toledo"; Mohamed Salim, de 41, quien supervisaba el viaje entre Marruecos y España; Fatiha Zahi, de 22, dedicada a la custodia de los extranjeros y al cobro del precio pactado; Mustapha Zahi, de 45, que colaboraba con los dos anteriores en sus respectivas tareas, y Mahfoud Malih, de 25, dueño de la casa de Cobeja donde vivían los principales encartados.

El registro del piso 3º D del número 5 de la calle de San Francisco de Cobeja ha llevado a la localización de una "fotocopia del pasaporte de Mohamed Khmir, viajero del yate Marian, identificado en Málaga como Mohamed Adda, fallecido en el incendio de la comisaría", lo que, a juicio de la policía, "es la mejor prueba de la relación entre esta red y los fallecidos en Málaga".

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