EUROPA ENTRA EN CRISIS

La economía europea rozó la 'zona roja' en el primer trimestre

La recuperación no llegará hasta finales de año, según la Comisión

La economía europea registró un crecimiento nulo durante los tres primeros meses del año y podría mantenerse así durante el segundo y tercer trimestres. El dato publicado ayer por Eurostat cogió por sorpresa a la Comisión Europea, al Banco Central Europeo (BCE) y a los operadores económicos, que esperaban que el año arrancara con un dato positivo que ayudara a recuperar la confianza.

La regresión de dos décimas en el crecimiento alemán es lo que más preocupa en Bruselas. Aun así, se asegura que a final del año el PIB en los países de la moneda única crecerá un 1% de media.

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La economía europea registró un crecimiento nulo durante los tres primeros meses del año y podría mantenerse así durante el segundo y tercer trimestres. El dato publicado ayer por Eurostat cogió por sorpresa a la Comisión Europea, al Banco Central Europeo (BCE) y a los operadores económicos, que esperaban que el año arrancara con un dato positivo que ayudara a recuperar la confianza.

La regresión de dos décimas en el crecimiento alemán es lo que más preocupa en Bruselas. Aun así, se asegura que a final del año el PIB en los países de la moneda única crecerá un 1% de media.

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Que la recuperación de la economía europea no llegará hasta 2004 es algo que se hace cada vez más evidente con los datos estadísticos en la mano. A la economía europea le cuesta escapar de los efectos de una crisis mundial que se viene arrastrando ya desde el estallido de la burbuja tecnológica en 1999 y que se evidenció tras los eventos del 11 septiembre de 2001.

El año 2003 no se presenta nada fácil. La oficina de estadística europea estima que entre enero y marzo el PIB de la zona euro y en el conjunto de la UE ha registrado un "crecimiento nulo", al borde de la zona roja, cuando la expectativa era que el crecimiento se mantuviera estable en el 0,1%, como en el último cuarto de 2002. El consenso de mercado lo llevaba al 0,2%. En EE UU, el PIB creció durante ese mismo periodo un 0,4%, una décima más que en el trimestre precedente.

La Comisión Europea se declaró "levemente decepcionada" y "sorprendida" por estos datos. A lo que se sumó el varapalo del anuncio de la regresión en la economía alemana. Pero el PIB alemán no fue el único en valores negativos. El holandés sufrió una regresión de tres décimas y el luxemburgués de una. El crecimiento de la economía británica siguió desacelerándose por tercer trimestre consecutivo, de un 0,4% durante el cuatro trimestre de 2002 a un 0,2% en el primero de 2003. Y Grecia es la única economía que registró una importante recuperación, al crecer su PIB un 2,9%, frente a una contracción de tres décimas. Sobre los demás países no hay datos disponibles, pero Bruselas confía en que Francia se sitúe ya en valores positivos.

Pero Bruselas insiste en que ni el conjunto de las economías de la zona euro ni de la UE están en una situación de recesión. Es más, se insiste en que "los indicadores comenzarán a mejorar durante el segundo trimestre" porque se han reducido "notablemente" los riesgos vinculados a la guerra en Irak. Además, se insiste en que las previsiones de crecimiento para este año "son válidas" (1% para la zona euro y 1,3% para la UE). Un principio que, según Bruselas, también se aplica a Alemania (0,4%).

Los servicios del comisario europeo de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, prevén que el crecimiento nulo del primer trimestre se mantenga, en el peor de los escenarios, también durante el segundo y el tercero. El BCE también prevé la reactivación "progresiva" de la economía a finales de año gracias a la recuperación de la demanda interna y externa. Pero la autoridad monetaria advierte de que no se pueden descuidar otros riesgos externos aún latentes que pueden poner en peligro el proceso: las tensiones geopolíticas, la evolución de la coyuntura en EE UU y el impacto del SARS (síndrome respiratorio agudo severo) en la economía asiática. A esto habría que sumar otros problemas en el frente europeo vinculados a los resultados empresariales que pueden tener una incidencia negativa en el empleo y el consumo privado.

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