Resurgir de los escombros

Las obras para la recuperación de la bóveda estrellada de la Sala Capitular del monasterio de Santa María de la Valldigna, ubicado en Simat, ya están en marcha. Los trabajos permitirán rehabilitar una de las estancias más importante y atractiva del conjunto monacal cisterciense. Se trata de una edificación de planta cuadrangular, rematada de almenas, que cierra el claustro por el nordeste, remarcado por una gran portada y dos ventanas de estilo gótico.

La cobertura de la sala, una bóveda en estrella, se derrumbó por completo. En las primeras intervenciones de desescombro realizadas en e...

Las obras para la recuperación de la bóveda estrellada de la Sala Capitular del monasterio de Santa María de la Valldigna, ubicado en Simat, ya están en marcha. Los trabajos permitirán rehabilitar una de las estancias más importante y atractiva del conjunto monacal cisterciense. Se trata de una edificación de planta cuadrangular, rematada de almenas, que cierra el claustro por el nordeste, remarcado por una gran portada y dos ventanas de estilo gótico.

La cobertura de la sala, una bóveda en estrella, se derrumbó por completo. En las primeras intervenciones de desescombro realizadas en el recinto en 1997 se recuperaron, en buen estado de conservación, un gran número de dovelas y sus nueve claves, en las que aparecen esculpidos emblemas de la familia Borja, de la Valldigna, del Reino de Valencia, la corona y escudo con las cuatro barras de Aragón, San Bernardo, y la Virgen de la Valldigna en el centro. También se han recuperado las ménsulas de las que arrancan los arcos de crucería, decoradas con símbolos de los cuatro evangelistas (león, águila, toro y ángel). En las excavaciones realizadas en el interior del recinto en el último año han aparecido tres grandes fosas con restos humanos.

La construcción de la Sala Capitular fue iniciada por Roderic de Borja, más tarde Papa Alejandro VI, a finales del siglo XV, cuando era abad del monasterio. La estancia era la zona de reunión de los monjes, presididos por el abad, donde se realizaba la lectura de los capítulos de la orden. Su autoría no está documentada, pero se atribuye al arquitecto Pere Compte. Los trabajos devolverán parte del esplendor original a esta estancia del monasterio, actualmente en estado ruinoso. El proyecto, con un coste de unos 360.000 euros, está siendo financiado por la Generalitat.

Paralelamente a estos trabajos, se están ejecutando en el Palacio del Abad, otra de las estancias principales y en peor estado del edificio monacal, obras de desescombro y consolidación. Según explica el arquitecto responsable de la rehabilitación de Santa María de la Valldigna, Salvador Vila, esta intervención ha descubierto algunos subterráneos, posiblemente utilizados como silos de almacenaje. Las tareas han desescombrado tres metros de tierra, y se está profundizando en la investigaciones y documentación del origen del edificio, en el siglo XIV. Se conservarán las sillerías y restos del siglo XVII.

El Palacio del Abad es la estructura más alejada del conjunto monacal, al este de la iglesia, y estaba destinado al abad y a la recepción de personas ilustres. En una intervención realizada en 1996 se realizaron labores de desescombro y consolidación en el claustro y naves laterales, de los siglos XV y XVI, que se encontraban cubiertos por cuatro metros de altura de muros derruidos y arbolado.

Los trabajos iniciados este año, con ayudas del Consell, permitirán adecuar la estructura para recibir el claustrillo gótico, que actualmente se encuentra en el chalé del Canto del Pico, en el municipio madrileño de Torrelodones. La Generalitat Valenciana y la Comunidad de Madrid mantiene conversaciones para el retorno del original a la Valldigna. La consolidación del Palacio del Abad para que pueda albergar de nuevo el claustro es una de las condiciones que establecieron los responsables de Patrimonio en Madrid para devolver la joya arquitectónica.

Las intervenciones y la inversión en la recuperación del cenobio cisterciense de Santa María se han reducido considerablemente en los últimos ocho años. Los ayuntamientos y partidos políticos de la Valldigna exigen al Consell un nuevo "impulso" a la restauración del monasterio, y la aplicación de la Ley Valenciana de Patrimonio, que contempla la elaboración de un plan de usos y de obras en el cenobio.