Japón lanza una sonda para traer muestras de un asteroide

Japón lanzó ayer al espacio la ambiciosa sonda científica Muses C, cuyo objetivo es tomar una muestra de un asteroide y traerla a la Tierra. La misión se dirige al asteroide 1998 SF36, que está a 300 millones de kilómetros de la Tierra, entre las órbitas de Marte y de Júpiter, e intentará traer de vuelta aproximadamente un gramo de roca de ese objeto -suficiente para hacer análisis de su composición- dentro de cuatro años. La nave partió desde la base de Kagoshima, en el sur de Japón, en un cohete M-5.

"Los asteroides son los fósiles del sistema solar", afirmó el líder de ...

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Japón lanzó ayer al espacio la ambiciosa sonda científica Muses C, cuyo objetivo es tomar una muestra de un asteroide y traerla a la Tierra. La misión se dirige al asteroide 1998 SF36, que está a 300 millones de kilómetros de la Tierra, entre las órbitas de Marte y de Júpiter, e intentará traer de vuelta aproximadamente un gramo de roca de ese objeto -suficiente para hacer análisis de su composición- dentro de cuatro años. La nave partió desde la base de Kagoshima, en el sur de Japón, en un cohete M-5.

"Los asteroides son los fósiles del sistema solar", afirmó el líder de Muses C, Junichiro Kawaguchi, del Instituto del Espacio y la Astronáutica de Japón. Los planetas han sufrido procesos a enormes temperaturas desde su formación hace unos 5.000 millones de años, por lo que ha cambiando su composición química y carecen de la información original que deben de contener los asteroides.

El coste de Muses C asciende a 175 millones de euros. Si tiene éxito, será la primera misión en traer una muestra de roca de un asteroide y la primera también en traer muestras de un cuerpo celeste desde las misiones Apolo a la Luna. Estados Unidos lanzó recientemente la misión Stardust en 1999, destinada a traer polvo de la cola de un cometa.

El objetivo de Muses C es un cuerpo con forma de balón de rugby de unos 690 metros de longitud y 300 de ancho. La nave debe posarse en la superficie del asteroide y disparar un pequeño proyectil al suelo para recoger con una especie de embudo los fragmentos producidos. Al regreso, el plan consiste en que el recipiente con la muestra se separe de la sonda y caiga con un paracaídas en el desierto australiano. "Es, con mucho, nuestra misión espacial más compleja", afirmó Kawaguchi.

Si tiene éxito la misión supondrá un fuerte impulso para el sector aeroespacial nipón que ha sufrido en los últimos años dos fallos consecutivos de lanzamientos en 1998 y 1999. Incluso en 2000, un cohete similar al utilizado ayer falló la puesta en órbita de otra sonda espacial, lo que obligó a los responsables nipones a retrasar la salida de Muses C y a cambiar el asteroide de destino.

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