ELECCIONES EN ARGENTINA

Intelectuales y artistas piden una ley que proteja la cultura

La clase política argentina en su conjunto, y en particular todos los candidatos y partidos que se presentan a las presidenciales, fueron acusados de manifiesta indiferencia hacia la cultura y condenados a debatir y aprobar una Ley de Protección de la Cultura. Actores como Alfredo Alcón, Pepe Soriano y Alejandra Boero; escritores, pintores, directores de cine, organizaciones de derechos humanos, intelectuales y artistas de todas las ramas, convocados y representados por el Movimiento Argentina Resiste (MAR), participaron en el acto, un "juicio oral y público", celebrado la semana pasada en el ...

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La clase política argentina en su conjunto, y en particular todos los candidatos y partidos que se presentan a las presidenciales, fueron acusados de manifiesta indiferencia hacia la cultura y condenados a debatir y aprobar una Ley de Protección de la Cultura. Actores como Alfredo Alcón, Pepe Soriano y Alejandra Boero; escritores, pintores, directores de cine, organizaciones de derechos humanos, intelectuales y artistas de todas las ramas, convocados y representados por el Movimiento Argentina Resiste (MAR), participaron en el acto, un "juicio oral y público", celebrado la semana pasada en el teatro Liceo.

La sala estaba colmada por más de 700 personas. Un joven cronista de ficción reportaba desde uno de los palcos adyacentes al escenario a un poco escrupuloso redactor jefe situado en el palco de enfrente, interpretado por el actor Ulises Dumont, interesado sólo en el escándalo, los heridos y la sangre que podría provocar el debate.

El guión, escrito por el dramaturgo Roberto Tito Cossa,disparaba flechas incendiarias en todas direcciones. El actor Osvaldo Bonet interpretaba a un juez débil, desorientando, fácil de manipular. Los fiscales eran los actores Juan Carlos Gené y Graciela Dufau, y la defensa fue asumida por los actores Raúl Rizzo y Virginia Lago.

Ausencia de propuestas

La idea surgió en una de las periódicas reuniones de artistas en los sótanos del mítico Teatro del Pueblo de Buenos Aires, cuando un grupo de actores observó que en ninguno de los programas partidarios ni en los discursos políticos había propuestas culturales. En ese momento se decidió elaborar un amplio proyecto de protección que sería presentado oficialmente en un acto que fuera a la vez una demanda pública.

Los actores que hacían de abogados coincidían en el reconocimiento de la responsabilidad que cabía a la clase política, pero la defensa trataba de aliviar los cargos con testigos que comprometían también a los artistas, porque éstos no se involucraban en la defensa de sus intereses.

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El juez consideró a los acusados "culpables" y pidió al periodista Eduardo Aliverti, en el patio de butacas, que leyera la sentencia: "Este tribunal condena a los políticos con poder de decisión, al futuro presidente, a los futuros funcionarios, a los actuales y futuros legisladores, a debatir un proyecto de Ley General de Protección a la Cultura, que se presentará en el Congreso, y condena también a los artistas a encontrar los espacios de unidad y de acción para lograr que esa ley sea finalmente sancionada".

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