Análisis:COYUNTURA INTERNACIONAL

¿Excesivo pesimismo?

Existe una corriente de opinión muy extendida, al hilo de los informes que publicarán los principales organismos oficiales, alertando del riesgo de recesión de EE UU. Los últimos indicadores de actividad, sobre todo los de consumo, han dado una señal negativa. La confianza se desplomó hasta mínimos de los últimos 10 años y las ventas registraron importantes caídas. Este brusco ajuste ha obedecido a factores como el encarecimiento del precio de la gasolina, que ha reducido el poder adquisitivo de las familias, la profundización de las caídas bursátiles y la persistente debilidad del empleo. A l...

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Existe una corriente de opinión muy extendida, al hilo de los informes que publicarán los principales organismos oficiales, alertando del riesgo de recesión de EE UU. Los últimos indicadores de actividad, sobre todo los de consumo, han dado una señal negativa. La confianza se desplomó hasta mínimos de los últimos 10 años y las ventas registraron importantes caídas. Este brusco ajuste ha obedecido a factores como el encarecimiento del precio de la gasolina, que ha reducido el poder adquisitivo de las familias, la profundización de las caídas bursátiles y la persistente debilidad del empleo. A la vista de esta evolución, parecería ganar probabilidad el escenario de recesión.

Indudablemente, en esta primera parte del año la actividad se está mostrando mucho más débil de lo que se preveía hace unos meses. Entonces, la tendencia de los indicadores de actividad era alcista y, sobre todo, se contaba con que el periodo prebélico sería más corto. Finalmente, este periodo se prolongó más allá de lo esperado y ello ha supuesto un freno a la actividad que reduce el crecimiento en el conjunto del año.

Tras la reacción positiva de los mercados al inicio de la guerra, cabría esperar una respuesta similar de las confianzas

No obstante, estos datos son previos al inicio de la guerra, con lo cual la previsible reacción positiva de los agentes al inicio del ataque estaría por llegar. Y, en este sentido, se pueden aportar algunas notas de optimismo. Primero, a pesar de los vaivenes que han sufrido los mercados desde la euforia del inicio del ataque, el precio del petróleo parece mantenerse en niveles de 25 dólares por barril. Ésta debería ser una buena noticia para los bolsillos de los consumidores. Y segundo, los índices bursátiles parecen haber abandonado la zona de mínimos registrados en las semanas previas al inicio de la guerra. Observada esta reacción positiva de los mercados, cabría esperar una respuesta similar por parte de las confianzas.

Tras el estancamiento del primer semestre, ¿qué cabe esperar para la segunda mitad del año? Por supuesto, el riesgo de recesión no es despreciable si el conflicto bélico se complica más de lo esperado, pero éste sigue siendo un riesgo limitado y no configura, en absoluto, el escenario base para la mayoría de analistas y organismos internacionales. Quizá lo más prudente sería esperar a conocer los primeros indicadores tras el inicio del conflicto, antes de hablar de una recaída de la actividad. De momento, sólo podemos hablar de parón transitorio.

Sonsoles Castillo es economista del Servicio de Estudios de BBVA.

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