Cuesta acusa al Partido Popular de calumniar a quienes rechazan el ataque
El secretario federal de Ciudades y Política Municipal del PSOE, Álvaro Cuesta, dijo ayer en Granada que su partido no va a tolerar "el reino de la calumnia" en el que el PP ha recluido a todos los ciudadanos que se han manifestado en contra de la guerra contra Irak y que no tienen ninguna responsabilidad en los actos violentos contra las sedes populares. Cuesta añadió que si se hace extensiva la tesis del secretario general del PP, Javier Arenas, de culpar de los atentados a quienes pasaban casualmente junto a los locales del partido la presidenta del PP de Andalucía, Teófila Martínez, "es un...
El secretario federal de Ciudades y Política Municipal del PSOE, Álvaro Cuesta, dijo ayer en Granada que su partido no va a tolerar "el reino de la calumnia" en el que el PP ha recluido a todos los ciudadanos que se han manifestado en contra de la guerra contra Irak y que no tienen ninguna responsabilidad en los actos violentos contra las sedes populares. Cuesta añadió que si se hace extensiva la tesis del secretario general del PP, Javier Arenas, de culpar de los atentados a quienes pasaban casualmente junto a los locales del partido la presidenta del PP de Andalucía, Teófila Martínez, "es una incendiaria" porque en 1985, durante una manifestación en Cádiz que acabó violentamente ante las oficinas del PSOE, se encontraba en las cercanías.
"El PSOE en reiteradas ocasiones ha condenado cualquier tipo de violencia y sólo los mezquinos y los necios, que los hay en el PP, dejan de escuchar un sentimiento y una manifestación democrática" de los socialistas. "El PP tiene una vía. Si conoce los hechos delictivos su obligación es acudir a los tribunales". El dirigente socialista dijo que es intolerable utilizar pruebas ambiguas para responsabilizar de actos violentos a personas que "sólo pasaban por allí". "El que sí tiene responsabilidades sobre Irak, sobre muchas muertes, es el PP por meternos en una guerra injusta", añadió.
Álvaro Cuesta dijo que las ambigüedades utilizadas por el Gobierno forman parte de una estrategia para "mantener la crispación política y aquello de calumnia que algo queda". "Es una agresión a los ciudadanos", dijo.