Reportaje:

Una clase pacífica de terrorismo

Una asignatura sobre lucha armada que imparte la Universidad Rey Juan Carlos desborda la demanda de los alumnos

Puede haber una clase pacífica de terrorismo? Sí, la que imparte Fernando Reinares en la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid), a pesar de su horario, las tres de la tarde. La asignatura se llama Terrorismo, seguridad y globalización y se ha tenido que habilitar el aula más espaciosa porque la demanda de los estudiantes para cursar esta trimestral que les otorga seis créditos académicos se ha desbordado: 125 alumnos se han apuntado y ocupan la mayoría de los pupitres dos días a la semana.

Allí se dialoga, previa explicación del profesor, sobre la lucha armada de los grupos terroristas en...

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Puede haber una clase pacífica de terrorismo? Sí, la que imparte Fernando Reinares en la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid), a pesar de su horario, las tres de la tarde. La asignatura se llama Terrorismo, seguridad y globalización y se ha tenido que habilitar el aula más espaciosa porque la demanda de los estudiantes para cursar esta trimestral que les otorga seis créditos académicos se ha desbordado: 125 alumnos se han apuntado y ocupan la mayoría de los pupitres dos días a la semana.

Allí se dialoga, previa explicación del profesor, sobre la lucha armada de los grupos terroristas en el mundo, sus orígenes, sus demandas, sus formas de supervivencia, sobre las políticas para combatirlos, sobre el papel de la mujer en los grupos armados y sobre todo aquello que se le ocurra preguntar a los alumnos.

ETA, Al Qaeda, IRA, son nombres que los alumnos conocen de sobra, pero para algunos los GRAPO, por ejemplo, suenan ya a ruido lejano. Aunque en esta clase hay estudiantes de todas las edades, de varios cursos y de carreras distintas. "Siguen las explicaciones con interés, hacen preguntas, captan. El terrorismo es la primera preocupación de los españoles y una de las primeras en Europa. Deben tener conocimientos para ser capaces de reflexionar de forma crítica", explica Reinares, satisfecho de haber comprobado el talante democrático de sus alumnos.

Pero también hay tópicos y lugares comunes que el profesor, experto en cuestiones terroristas, va desmontando. Reinares es catedrático de Ciencia Política y de la Administración, tiene una larga trayectoria académica sobre asuntos de defensa, terrorismo y paz. Sus últimos dos libros se titulan Terrorismo y antiterrorismo y Patriotas de la muerte. Quiénes han militado en ETA y por qué.

Sin ápice alguno de frivolidad, Reinares cuenta anécdotas que hacen amena la sobremesa universitaria. Por ejemplo, aquel manual que manejaba la policía alemana para enfrentarse a un posible tiroteo con terroristas en el que se decía: "En caso de duda, a las mujeres primero". ¿Por qué? Porque, a pesar de que las mujeres nunca han tenido una presencia señalada en los movimientos terroristas, o precisamente por eso, ellas suelen radicalizar sus posturas hasta superar, en ocasiones, el extremismo de sus correligionarios.

Lorenzo Castro, experto en el movimiento terrorista de los GRAPO, es el invitado de la tarde. Reinares le ha presentado a sus alumnos para que les explique algo más sobre este grupo. Y entre otras anécdotas sale a relucir de nuevo el papel de las mujeres. Unas cuantas permanecían encarceladas y sus novios, también terroristas, abandonaron la lucha armada. Ellas, que dijeron haberse unido a sus colegas porque compartían su lucha, justificaron el divorcio de la siguiente manera: "Avanzamos dos pasos al separarnos, uno como revolucionarias y otro como mujeres". Castro explica que esta anécdota se cuenta en un libro de Félix Nogales, El tazón de hierro.

A pesar del tema, del interés y el silencio con los que los alumnos siguen la clase, no pueden evitar una sonrisa. Pero el profesor les recuerda que no hay que desdeñar la realidad en la que viven los terroristas, aunque suene trasnochada, porque matan por defenderla.

El peso de los presos es fundamental en el mundo terrorista, les explica después Reinares. En una ocasión el profesor mantuvo una entrevista con una dirigente del brazo político del Frente de Liberación Nacional Corsa. Le preguntó cuántos presos tenían en ese momento: "Tres en París y dos en Niza, pero a finales de año tendremos más de 100", contestó satisfecha la mujer. Es fundamental, explica Reinares, el apoyo que recaban los terroristas entre los familiares, los amigos y la sociedad cercana, cuando tienen presos en las cárceles.

Los alumnos de esta clase podrán visitar la unidad NBQ del Ministerio de Defensa, tristemente de actualidad estos días de guerra. Es el departamento especializado en armas químicas y biológicas. Y podrán compartir la experiencia y los relatos de las víctimas del terrorismo de ETA.

Al final de la tarde, un alumno pregunta si en España hay presos políticos y el profesor le aclara rápidamente algunas ideas y explica: "Hay ecologistas que tienen ambiciones de cambio social y político de más calado que los terroristas y no matan a nadie. El terrorismo no es la expresión del radicalismo de las ideas, sino de los medios".

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