Cartas al director

¡Y ahora, Bob Dylan!

Es sorprendente ver cómo la derecha, escasa en referentes culturales universales, intenta una y otra vez apropiarse de lo que le es, sin ambigüedad posible, absolutamente ajeno.

El presidente del Gobierno de España, en un esperpéntico acto de apoyo a sí mismo, se ha hecho acompañar por la voz de Dylan y las notas del que fuera, nada menos, himno principal en la lucha contra la guerra del Vietnam y, por extensión, contra todas las guerras: Blowin' in the wind. No sé si se trata de cinismo o ignorancia, de ambas cosas o del desbarre final de los que han perdido definitivamente el n...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Es sorprendente ver cómo la derecha, escasa en referentes culturales universales, intenta una y otra vez apropiarse de lo que le es, sin ambigüedad posible, absolutamente ajeno.

El presidente del Gobierno de España, en un esperpéntico acto de apoyo a sí mismo, se ha hecho acompañar por la voz de Dylan y las notas del que fuera, nada menos, himno principal en la lucha contra la guerra del Vietnam y, por extensión, contra todas las guerras: Blowin' in the wind. No sé si se trata de cinismo o ignorancia, de ambas cosas o del desbarre final de los que han perdido definitivamente el norte.

Un consejo: señor presidente, escuche o hágase traducir la canción completa, son sólo 16 versos que no quitarán demasiado tiempo a su ajetreada vida de flamante líder cósmico. Seguro que le harán reflexionar, tal vez no lo suficiente como para oponerse a la guerra, pero sí, al menos, para despedir a sus asesores de imagen.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Un ruego final: están ustedes empeñados en robar las vidas, no pretendan también robarnos el alma.

Que una fuerte lluvia caiga sobre usted.

Archivado En