Columna

Regla

La provincia de Cádiz, históricamente, ha dado mujeres con los genes bien plantados. Bravas, duras, directas, libertarias, luchadoras. Cuando hace dos días oía con atención a Regla, la concejala del Ayuntamiento de Jerez, pensé que no todo está perdido en el partido que acaba de abandonar, o sea, el PP. Conozco ciento y la madre de militantes del PP que ya proclaman estar contra la guerra. Mayormente son los que no comen de la sopa boba, no son culiparlantes, ni rellenan poltronas que adormecen conciencias. Mujeres aguerridas, francas, directas, que no tienen miedo a decir lo que piensan a ten...

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La provincia de Cádiz, históricamente, ha dado mujeres con los genes bien plantados. Bravas, duras, directas, libertarias, luchadoras. Cuando hace dos días oía con atención a Regla, la concejala del Ayuntamiento de Jerez, pensé que no todo está perdido en el partido que acaba de abandonar, o sea, el PP. Conozco ciento y la madre de militantes del PP que ya proclaman estar contra la guerra. Mayormente son los que no comen de la sopa boba, no son culiparlantes, ni rellenan poltronas que adormecen conciencias. Mujeres aguerridas, francas, directas, que no tienen miedo a decir lo que piensan a tenor de lo que la conciencia les dicta. Me refiero, como pueden imaginarse, al asunto de la guerra. Cuando en el Parlamento no se levanta una sola voz del PP en contra, sino todo lo contrario, y aplauden como si fuera la última vez que lo hacen, en Andalucía ya se oyen voces que responden a convencimientos personales que no puede alterar la voz de su amo.

En nuestra literatura, especialmente en la escrita en el siglo XIX, Regla o Régula es mujer novelada y para Miguel Delibes, en sus Santos inocentes, es la mujer que sostiene a la familia, callada, pero que llega un momento en que no soporta más. Creo que algo de esto está sucediendo en el PP y ahí tenemos lo dicho por Manuel Pimentel, que lleva tiempo siendo el referente de quienes no se someten a los dictados de quien manda, o sea Aznar. Habrá cisma en el PP andaluz por mucho que Teófila Martínez y Antonio Sanz quieran enmascarar la crisis y desviar la atención poniendo, una vez más, sobre la mesa el asunto de Cajasur y la defensa a ultranza de Miguel Castillejo.

Me quedo, sin embargo, con las palabras de Regla. Amenazas, exilio, paseíllo, miedo. Si lo que ha dicho es cierto, no tengo por qué dudarlo, y sucede en lo que hasta ahora era su partido, lo tenemos mal. Cuando alguien alza la voz para gritar: "¡Que me dejen en paz!", es porque ya no aguanta más. Las amenazas y presiones no las recibe ella solamente. Y saldrán, porque es como un goteo lento pero constante el que se está produciendo en el seno del PP.

Muchas personas como Regla volveremos a gritar este fin de semana. Es un problema de conciencia.

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