El hallazgo en Zestoa de unos huesos que resultaron ser de asno pone en estado de emergencia a los servicios públicos

La apacible tarde del pasado domingo en la localidad de Zestoa, de 3.300 habitantes, se vio repentinamente alterada por completo al ruido de las sirenas de la Ertzaintza y los Bomberos. El revuelo se originó a raíz del aviso de un vecino de este municipio al servicio de emergencias de SOS Deiak, tras observar unos huesos junto a la orilla del río Urola. La creencia de que los restos hallados pudieran pertenecer a un ser humano activó un amplio dispositivo de rescate que revolucionó medio pueblo. Finalmente, una vez inspeccionado el esqueleto con detalle, se despejaron todas las dudas: los hues...

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La apacible tarde del pasado domingo en la localidad de Zestoa, de 3.300 habitantes, se vio repentinamente alterada por completo al ruido de las sirenas de la Ertzaintza y los Bomberos. El revuelo se originó a raíz del aviso de un vecino de este municipio al servicio de emergencias de SOS Deiak, tras observar unos huesos junto a la orilla del río Urola. La creencia de que los restos hallados pudieran pertenecer a un ser humano activó un amplio dispositivo de rescate que revolucionó medio pueblo. Finalmente, una vez inspeccionado el esqueleto con detalle, se despejaron todas las dudas: los huesos correspondían a un burro.

Una falsa alarma. Ayer, en Zestoa no se escuchó otro tema de conversación. Los huesos del asno fueron descubiertos cerca del balneario de esta localidad, en una presa del río situada junto a la carretera que conduce a Azpeitia. Hacia las 19.30, los coches patrulla de la Ertzaintza y los Bomberos de Azpeitia acudieron a la zona, donde desplegaron un aparatoso plan de rescate ante la sospecha de que los restos podían pertenecer a un ser humano.

El caso se resolvió una hora después aproximadamente, tras comprobar la identidad del cadáver. Al parecer, se trata de un asno que murió ahogado hace unos dos meses, durante las fuertes lluvias caídas en el País Vasco, según reconoció ayer el secretario del Ayuntamiento, Igor Alustiza. En el curso de las riadas, el burro fue arrastrado por el río Urola hasta Zestoa, donde fue localizado en un avanzado estado de descomposición. Ante esta evidencia, los equipos de salvamento abandonaron en el lugar el esqueleto del asno.

La aparición de huesos en el entorno de Zestoa adquiere una significación especialmente sensible debido a la gran riqueza arqueológica de esta zona. Así, por ejemplo, la cueva de Ekain, descubierta en 1969, alberga unas 70 figuras de animales rupestres realizadas por algún artista paleolítico. Cerca de esta gruta, bajo el viejo campo de fútbol de Zestoa, se encuentra el yacimiento de Irikaitz, un tesoro arqueológico que contiene vestigios de un asentamiento humano de hace más de 100.000 años, el más antiguo hallado en el País Vasco.

La aparición de los huesos del burro también llevó la alarma a la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que dirige las investigaciones arqueológicos y prehistóricas en Euskadi. Se da la circunstancia de que recientemente fue descubierta una gruta con restos de humanos prehistóricos situada en las proximidades del Balneario de Zestoa, asegura Álvaro Arrizabalaga, miembro de Aranzadi. Em este caso, sin embargo, no será necesario practicarle al burro la prueba del carbono 14.

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